El mercado gastronómico de A Coruña para el que nadie pensó que la gente tomando cañas necesitaba un baño

Los vecinos y hosteleros del mercado de San Agustín (A Coruña) se lo toman un poco con humor, pero cualquiera que haya tenido una urgencia evacuatoria sabrá que no tiene ninguna gracia carecer de un baño donde satisfacer las necesidades más básicas. Cuando hay necesidad, hay necesidad, como diría Ian Malcom, pero se ve que a ningún responsable de la reforma del mercado se le ocurrió que los clientes de los bares necesitan tener acceso a un baño público.

Los orígenes del mercado municipal de San Agustín se remontan a 1932 y pronto se convirtió en uno de los lugares más emblemáticos de A Coruña por su innovador diseño modernista, obra de los arquitectos Santiago Rey Pedreira y Antonio Tenreiro. Con su aún hoy vistosa cubierta parabólica, el edificio ha sido desde entonces un símbolo de la arquitectura civil de la ciudad, gran ejemplo de cómo el arte y la coherencia de su espacio se pueden unir para ofrecer una construcción que, ante todo, debe servir para el uso vecinal con el que estaba concebido.

El mercado acogió también la apertura del primer supermercado de toda Galicia, en 1958, un Gadis que rememoró aquellos tiempos con la reapertura de un renovado súper en los bajos del edificio el pasado mes de agosto. San Agustín se renovaba y adaptaba a los nuevos tiempos buscando además convertirse en un mercado gastronómico, siguiendo la estela de muchas otras plazas de abastos de nuestro país que han tenido que reinventarse.

Así, se concedieron licencias para la apertura privada de bares y tabernas en el exterior que desde el mes de agosto han ido abriendo para animar el ocio de coruñeses y vecinos. Eso sí, ninguna de las licencias contemplaba incluir cuartos de baño, con la idea de que ya el propio mercado cuenta este servicio básico. Problema: el horario del mercado municipal no es el mismo que el de los negocios de hostelería, pues cierra a las 15.30.

Este desajuste organizativo ha dado lugar a que los dueños de Milata Bonita y La Cuchara Veggie, principales afectados, y clientes se las tengan que ingeniar para cubrir sus necesidades y urgencias fisiológicas. Desde confiar en la generosidad de locales cercanos, que no contenta precisamente a toda la competencia, a llevarse a la clientela a una plaza de garaje propiedad de los hosteleros.

Según denuncia a El Ideal Gallego María José, de La Cuchara Veggie, en la licitación se les denegó instalar servicios aludiendo a que era innecesario al operar como cantina, algo que confirma Victoria Díaz, de Milata Bonita. “En teoría íbamos a tener unos servicios públicos que hasta noviembre no vimos abiertos y, con mi horario, al cerrar a las 20.00 horas los baños, no me permite ofrecer a los clientes esa opción”, afirma María José.

Mientras esperan una solución por parte de las autoridades, los hosteleros de la zona están llevando a cabo protestas y recogida de firmas para tratar de acelerar los trámites necesarios, pues además un servicio de hostelería tipo bar sin baño público puede estar en situación irregular.

Imágenes | Ayuntamiento A Coruña - La Cuchara Veggie

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