Es un restaurante dedicado a la brasa con un local en el barcelonés paseo Maragall
La emblemática esquina de Sant Andreu, en Barcelona, que durante años albergó al mítico Bar Versalles, un referente histórico para los vecinos del barrio, se encuentra en plena transformación tras el anuncio del cierre del local centenario Bar Versalles.
La empresa que ha tomado el relevo es La Madurada, un restaurante especializado en cocina al carbón que promete llevar al barrio una experiencia gastronómica basada en los conceptos de fuego, aroma y tiempo.
Este nuevo proyecto introducirá en la zona una propuesta culinaria innovadora que ya ha conquistado a muchos en su sede principal en paseo de Maragall, en la misma ciudad de Barcelona.
Actualmente, La Madurada se encuentra en pleno proceso de adaptación del local para convertirlo en un espacio que respire su identidad propia.
En los ventanales del antiguo Bar Versalles ya se puede ver la cartelería que anuncia la llegada de este nuevo restaurante, generando expectación entre los residentes del barrio. La estética de la nueva marca deja entrever un diseño moderno y acogedor, mientras que el aroma a carbón y brasas promete ser el próximo protagonista de este histórico rincón.
El chef ejecutivo del grupo, Joaquín Sánchez, es el encargado de liderar la propuesta gastronómica de La Madurada. Con una trayectoria sólida en el manejo de las técnicas de cocción al carbón, su enfoque gira en torno a los sabores intensos y los tiempos de cocción precisos que potencian cada plato.
La sede principal de La Madurada ya es conocida en Barcelona, ubicada en el Paseo de Maragall, número 408, donde ha logrado consolidarse como un referente de la cocina al carbón. Ahora, la apertura de este nuevo local en Sant Andreu expande su presencia y brinda a los habitantes del barrio una nueva lectura de este local con tantos antecedentes y tan querido por el barrio.
Bar centenario
Con más de 100 años a sus espaldas, el mítico Versalles cerraba sus puertas en junio al no poder remontar la crisis que arrastraba por la pandemia, ni seguir satisfaciendo el alquiler del establecimiento, muy elevado para su facturación.
Situado en el número 255 de la calle Gran de Sant Andreu, este emblema vecinal fundado en el 1915. En su interior, un mobiliario original al estilo de primeros del siglo XX, el Bar Versalles contaba con muebles modernistas de madera y lámparas doradas (que se desconoce si continuarán) a conjunto y una serie de episodios históricos de gran envergadura.
Por ejemplo, uno de los hitos históricos de este local fue haber servido de refugio durante los bombardeos a la ciudad condal durante la Guerra Civil. También fue simbólico su cambio de nombre frente a la dictadura franquista, que obligó a rebautizar al (hasta entonces) Petit Versailles como Versalles, un nuevo nombre para sonar más castellano.
Fotos | Joana Costa
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