Abierto en 2017, este hotel en Teguise es una de pruebas fehacientes del cambio que está dando la isla
Ahora nos parece muy evidente que la población en las islas se concentre en las zonas costeras. El interior, a veces olvidado, ha quedado en un segundo plano en archipiélagos como el balear o el canario. En un mundo que ansía turismo de sol y playa, pensar en localizaciones donde el mar, por cerca que esté, ya suponga 15 minutos de coche, es una quimera.
Sin embargo, en Lanzarote, más concretamente en Villa de Teguise, la antigua capital de la isla, los focos e imanes se vuelcan hacia sus casas encaladas y a un patrimonio que parece detenido en el tiempo.
Aquí se yergue desde 1690 —más de tres siglos de historia lo contemplan— el monumental Palacio Ico, que en sus tres centuArias de vida ha sido, entre otras cosas, la residencia de los coroneles de Fuerteventura o, más recientemente, el retiro dorado de la artista suiza Heidi Bucher.
Una auténtica rareza en una isla que ahora comienza a mirar hacia su interior. Lugar donde, además de los remanentes de César Manrique, se comienza a vislumbrar una forma diferente de viajar y de dar más calidad a destinos como la isla de Lanzarote, que parecía condenada a vivir de un turismo masivo de resort y playa.
Un hotel boutique con tintes de galería de arte
Precisamente sería a Heidi Bucher, que se quedó prendada del edificio cuando lo descubrió en el libro Lanzarote, arquitectura inédita, una de las grandes obras de César Manrique, a quien le comprarían el edificio sus actuales propietarios. Igualmente prendados de esta antigua casona de paredes blancas, techos artesonados y balconadas en madera, Eduardo Riestra y Sonsoles López decidieron iniciar una vida lejos de Madrid en 2017, adentrándose en el mundo de la hotelería.
Apenas nueve habitaciones —cinco de ellas suites— son el testimonio cuidado de Palacio Ico, que también actúa como improvisada galería de arte, incluso con obras de la propia Bucher. Remanso de paz, refugio de interior y paraíso donde la calma se palpa, Palacio Ico no es sólo el primer hotel emblemático de las Islas Canarias, también es un bastión gastronómico en el que disfrutar de la gastronomía canaria, de productos de proximidad y de una carta de vinos descollante que se atreve a salir de los límites insulares.
Tanto Sonsoles como Eduardo tenían claro que la oferta en Palacio Ico debía ser total. "La gastronomía debe estar en el hotel a la altura de las habitaciones y del propio edificio", ratifican casi a coro durante nuestra visita. El comedor del restaurante, que sirve tanto para los desayunos como para la apuesta gastronómica, comparte ese ambiente de luminosa canariedad con las pinceladas artísticas que salpican el espacio.
De la batata al pulpo, pasando por el carabinero y el queso de Lanzarote
Allí maniobra con talento Iván Monreal, que actúa como jefe de sala y sumiller y cuya formación, habiendo pasado por estrellas Michelin de España y Europa, le permite manejar el tempo en un Lanzarote con potencial para ser más gastronómico de lo que es ahora.
También de latir de manera distinta con los vinos, apostando, en sus palabras, "por vinos de la tierra que se salen de lo establecido y que se atreven con otras vinificaciones para no hacer siempre lo mismo". Fácil de vender, a veces el vino de Lanzarote se encuentra en una zona de confort que complica el ir más allá en la forma de entender el vino.
De la mesa se encarga el chef madrileño Víctor Valverde, que ha tomado la batuta de una cocina para la cual el producto local es protagonista. Frutas y verduras de Finca Machinda; carabineros y gambas de La Santa; quesos de cabra locales; pescados de proximidad…
Acercándose a un cliente internacional y a un público exigente, donde también el canario acude, Valverde hace equilibrio entre una propuesta donde lo lanzaroteño se sabe modernizar. Nunca perdiendo el tiento del producto ni el respeto por él.
Sucede con el impresionante carabinero de La Santa, que se acompaña de maíz y de un mojo rojo, o de otro de los reyes del mar canario como es el pulpo de Lanzarote. Sutil, tierno y acompasado de batata del jable (una zona de la isla que ofrece batatas especialmente suaves), se convierte en una forma muy diferente de entender un plato tan universal como podría ser el pulpo a la gallega.
De carnes también se entiende en Palacio Ico, dejando que sea el cochino negro canario el que lleve la voz de mando en interpretaciones de cocina clásica con las carrilleras glaseadas. Al trago, más de 200 referencias distintas que Monreal selecciona, saliendo de los lugares comunes del vinocanario y dando a probar pinceladas de pequeños productores, pero también coqueteando con Francia, Italia o Alemania para un hotel y restaurante que, como habría soñado César Manrique, se abre al mundo entero.
Palacio Ico
- Dónde: Calle de El Rayo, 2. Teguise, Lanzarote.
- Horario: de miércoles a sábado de 18:00h a 22:00h. Domingos de 13:00h a 15:30h y de 18:30h a 21:30h. Cierra lunes y martes.
- Precio medio: 80€
- Reservas: +34 928 594 942 / +34 677 531 609 y en su web.
Imágenes | Palacio Ico
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