Desde que los probé por primera vez, siento fascinación por los chocolates belgas, por lo que es natural que en mi pasada visita a la zona flamenca de Bélgica estaba deseando verlos -y probarlos- in situ. Por ese motivo, esta segunda entrega del Paseo Gastronómico por Flandes está dedicada a los mejores chocolates del mundo.
En un territorio con tan clara vocación gastronómica como os contaba en el anterior artículo, no es de extrañar que la elaboración de los chocolates sea tan excepcional y con una creatividad tan tremenda. Marcas de lujo como Godiva, Neuhaus, Pierre Marcolini, Leonidas o el taller del Chocolate de Dominique Persone son buena prueba de ello.
Durante el viaje, pude aprovechar y visitar sus tiendas, y tomar parte en un taller de elaboración de bombones en Gante que os contaré ahora con todo detalle. Si antes de leer este post os gustaba el chocolate, ahora vais a ser totalmente adictos.
El obrador de Dominique Persone
Uno de los lugares imprescindibles en una visita a Flandes es el taller de Dominique Persone. Este famoso chocolatier que ya nos deslumbró en Madrid Fusión con su chocolate para esnifar, tiene un magnífico taller en un palacio usado por Napoleón en el que pude degustar algunas de sus más originales creaciones.
Mi favorita fue el bombón de cebolla crujiente, un bombón en el que ha sustituido el crocanti de almendra por una cebolla frita y crujiente que me pareció una auténtica delicia. También pude probar otras variedades como el bombón con wasabi, con curry y otros sabores, aunque sin duda, el de cebolla fue mi preferido.
En su obrador, estaban en aquel momento centrados en la producción de estatuas de chocolate, en especial de San Nicolás, tan típicas de la Navidad, aunque había muchos más diseños y esculturas de chocolate. Es indudable que la creatividad e imaginación del famoso obrador de chocolate sigue en muy buen estado.
Aprovechando que estaba allí, no pude evitar caer en la tentación y comprar unas píldoras de chocolate, de las que os hablé hace unos días, para calmar mi adicción al chocolate.
La tienda de Pierre Marcolini
Me gustó mucho visitar esta bombonería, donde todo el proceso del chocolate lo hacen ellos mismos, en lugar de comprar bloques o lingotes de chocolate con los que hacer sus bombones, -como hacen el resto de marcas incluidas las más famosas-.
En Pierre Marcolini lo que hacen es comprar en origen tanto la manteca como la pasta de cacao, elaborando ellos sus propios chocolates, en un proceso más caro y más artesano, pero que implica un mayor control de todo el proceso.
La tienda, que parece una joyería estaba en plena campaña de Navidad con bombones y esculturas de todos los tamaños, en especial los árboles de Navidad, los Papá Nöel y los Pinocchios, todos ellos presentados con exquisito gusto como si de piezas de orfebrería se tratase.
Taller de bombones en Chocolato en Gante
Tras las visitas a los establecimientos de Pierre Marcolini y Dominique Persone en Amberes, aún me quedaba una sorpresa relacionada con los chocolates belgas, y fue un taller de bombones que hicimos en Gante en una bombonería llamada Chocolato.
Una vez escuchadas las explicaciones del maestro chocolatier, nos pusimos manos a la obra, para encamisar los moldes con chocolate negro, tirando el chocolate sobrante para que la cápsula exterior fuera lo más fina posible.
Después fuimos utilizando distintos productos para el relleno. Un praliné o gianduja, unos cristalitos crujientes, cereales, arroz inflado o trocitos de jengibre confitado fueron mi elección.
Lo bueno es que cada molde producía 18 bombones, por lo que utilicé diferentes rellenos para tener un surtido de distintos sabores. Una vez rellenos, se cubría la parte superior con más chocolate negro y se dejaba enfriar, procediendo al desmoldado y empaquetado. Fue un delicioso souvenir que además nos trajimos de recuerdo para compartir ya en casa con la familia.
Además del taller, pudimos ver y probar otras creaciones de esta tienda que incluso hace bombones con insectos deshidratados y unos peculiares bombones rellenos de la famosa mostaza de Gante que resultan muy sorprendentes al probarlos.
En conclusión, la visita a Flandes resulta muy interesante para los amantes de los chocolates belgas, por su excelente calidad, la gran variedad de sabores y presentaciones y donde se aprecia la buena mano de los artesanos, que no en vano tienen la fama de ser los mejores chocolateros del mundo.
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