La 'pequeña Viena' de Rumanía no es Bucarest: así es la ciudad con más monumentos y la plaza más bonita del país

Sus parques y jardines, plazas, museos, palacios y edificios monumentales la convierten en una joya disfrutable todo el año

Timisoara Plaza
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En las últimas décadas las grandes capitales de la Europa central se han posicionado como destinos turísticos en auge frente a los tradiciones países mediterráneos. Fue Viena la que abrió el camino y Praga ha seguido su estela, despertando el interés de los viajeros por conocer más ciudades monumentales en países cercanos como Hungría o Eslovaquia. Si nos vamos un un poco más hacia el este, Rumanía poco a poco reclama su lugar, y no solo Bucarest merece también nuestra atención.

Este bellísimo Estado atravesado por el Danubio y los frondosos bosques de Transilvania y marcado por los montes Cárpatos nos atrae cada vez más por la cocina rumana tradicional, tan distinta y a la vez tan familiar a la nuestra, y el propio país rivaliza con la mismísima Viena como potencia turística para aquellos viajeros que buscan tanto naturaleza como visitas culturales y conocer ciudades cargadas de historia.

De hecho, hay una urbe en Rumanía que se ha ganado el sobrenombre de 'la pequeña Viena', pero no es su capital Bucarest. Se trata de Timișoara y es perfecta para una escapada de fin de semana largo o visita exprés en una ruta de vacaciones por el país.

Timișoara, situada en la región occidental del país, es la tercera ciudad más grande de Rumanía, bañada por los ríos Bega y Timiș, el cual le da nombre. Su otro apodo por el que es conocida entre los mismos rumanos es 'el país de las flores', y ha hecho de la expresión 'amor a primera vista' su lema no oficial. Geográficamente la urbe se desarrolla en el canal Bega y es una zona de tierra muy fértil, rodeada de naturaleza y que la abraza también en sus calles y plazas.

De su historia más reciente hay que destacar el hecho de ser la primera ciudad del país en levantarse frente a la dictadura comunista de Ceaușescu, dando inicio a la Revolución de Navidad que terminaría con el régimen. En las más de tres décadas que le siguieron, Timișoara ha renacido sacando a relucir su riquísimo patrimonio histórico-artístico y monumental, pues no en vano vivió su gran esplendor en pleno auge del Imperio Habsburgo, compartiendo con Viena muchos artistas, arquitectos y artesanos que difundieron el mismo estilo imperial por Europa Central.

Timisoara

Hoy Timișoara es una ciudad cosmopolita que recibe al visitante con los brazos abiertos, una urbe para recorrerla sin prisa y dejarse llevar por sus grandes plazas, parques y calles monumentales, sin perder de vista las callejuelas más antiguas del casco histórico. La cultura del ocio y de recreo que emergió en el siglo XIX contagió a la sociedad más adinerada de la ciudad, y la bonanza económica permitió levantar grandes parques, zonas ajardinadas, fuentes e invernaderos; también fue la primera ciudad europea en instalar farolas eléctricas, y la segunda en sustituir los carros de caballos por tranvías.

Algunos de sus parques más populares son el Regina Maria, de estilo inglés y de los más antiguos, el Parcul Copiilor (parque de los niños), el Parcul Copiilor o parque de las rosas, lleno de rosales y que es todo un espectáculo en plena primavera, o el más moderno Parque Botánico, que hace una gran labor conservacionista y científica. También es paseable, y con carril bici, el margen del río que lleva hasta la frontera con Serbia, y todo el centro de la ciudad esconde muchos más parques urbanos de diferentes dimensiones.

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Entre los monumentos imperdibles hay que mencionar las grandes plazas, que muchos consideran las más bonitas de todo el país. Es sin duda impresionante, y un buen punto de partida, la plaza Unirii o plaza de la Unión, en pleno centro, rodeada de edificios secesionistas de gran belleza y colorido; también destacan otras plazas como la de la Victoria o de la Libertad, con una vida nocturna muy animada.

Se dice que hay hasta 900 monumentos históricos repartidos por Timișoara, entre la catedral católica, iglesias, sinagogas, edificios nobles, palacios, teatros... Hay además ocho museos que abarcan toda la historia y ámbitos de la ciudad, sin olvidar la época comunista, y multitud de actividades y festivales todo el año que celebran la multiculturalidad de esta vibrante urbe rumana.

Imágenes | Marius Catalin Boldeanu - Visit Timișoara - Gratziela Ciortuz

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