Río Duero, río Duero, nadie a acompañarte baja… Así comienzan los versos de Gerardo Diego en su popular Romance del Duero, que cantautores como Amancio Prada popularizaron en los años setenta.
Sin embargo, a su paso por Soria, una de las grandes capitales del Duero, el río baja bien acompañado. Lo hace a la altura de una iglesia levantada a finales del siglo XVI, pero sobre los cimientos de una ermita anterior, que había sido construida en el siglo XII.
Curiosamente, no mucha gente sabe que la ermita está bajo la advocación del patrón de Soria, que no es San Juan Bautista, a pesar del predicamento que tiene este santo en la capital soriana, convirtiendo así los populares San Juanes en la gran fiesta local.
Inspiradora para artistas como Gustavo Adolfo Bécquer o para otro prosoriano como Antonio Machado, la icónica ermita de San Saturio se yergue en el margen izquierdo del río Duero, a las afueras de la ciudad, engarzada entre los cerros de Santa Ana y el monte de las Ánimas, que tanto resonaría en las leyendas becquerianas, y que para los ochenteros puso también en el mapa la banda de rock cañí Gabinete Caligari con su archiconocida canción Camino Soria.
Consagrada a este noble soriano del siglo VI, proveniente de una acaudalada familia, Saturio repartió a la muerte de sus padres toda su herencia, trasladándose a esta cueva para llevar una vida completamente ascética. De esta manera, Saturio alcanzaría la beatificación de facto en el siglo XVIII, aunque lleva siendo el patrón de la ciudad de Soria desde 1628.
Ermita de San Saturio. ©Turismo de Castilla y León.
Parada casi obligada durante el paseo por las márgenes del río, la actual Iglesia de San Saturio fue levantada en estilo barroco por el arquitecto Pedro Ajín, que dotó a la construcción de una singular planta octogonal alargada, que se corona con otra cúpula también octogonal, abierta en linterna, lo cual facilita la iluminación interior del espacio –recordemos que, en origen, se trataba de una cueva–.
Pocos años después de su construcción, las paredes también se decoraron con frescos, que hoy permanecen indemnes, pintados por Antonio Zapata, un artista local, que plasmaría la vida de San Saturio en distintas escenas que pintaría entre el año 1704 y el 1708.
Celebrada el 2 de octubre, día de San Saturio, la festividad incluye una romería, pero también distintas actividades lúdicas y deportivas en la ciudad de Soria, celebrando la vida de su patrón y sirviendo la ermita como epicentro de estas celebraciones para una de las ermitas más bellas de toda Castilla y León y una de las que tiene una de sus más singulares historias.
Imágenes | Turismo de Soria / Turismo de Castilla y León
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