Una maravilla arquitectónica levantada en el año 1325 que, curiosamente, tiene vinculación jacobea
Quizá pienses que el hecho de habitar en un puente es algo exclusivo del mítico Ponte Vecchio de Florencia. Quizá, incluso, que pienses que los puentes más bonitos de Europa son los que cruzan el río Sena a su paso por París.
En el primer caso quizá no vayas muy desencaminado, pues la realidad es que los puentes habitados son en el siglo XXI una auténtica rareza. Prácticamente se puede contar con los dedos de las manos los puentes con estas características y casi todos están en Europa.
De ellos, como decimos, el que más fama tiene es el Ponte Vecchio, que se construyó a mediados del siglo XIV. Ya en sus inicios, el puente florentino sobre el río Arno se convirtió en un importante centro comercial, aprovechando su posición libre de impuestos, ya que no había que pagar en él los famosos derechos de pontazgo.
Sin embargo, insistimos en que hay un puente todavía más antiguo y más habitado. Para ello nos tenemos que ir a la ciudad alemana de Erfurt, en el estado de Turingia, en el centro del país para descubrir el Krämerbrücke.
Literalmente 'puente de los mercaderes', el Krämerbrücke se construyó en el año 1325 –unos 20 años antes que el remodelado Ponte Vecchio– y se extiende durante 125 metros (sesenta más que el ejemplo italiano) sobre el río Gera.
La obra, un prodigio técnico para la época, consta de varios arcos de medio punto de arenisca y ladrillo, al cual se accedía por dos iglesias distintas, que actuaban como puertas de entrada: la de San Benito (Benediktikirche) en el oeste y la de San Gil (Ägidienkirche) en el este, siendo ésta la única que sigue en pie.
Habitado desde finales del siglo XV, cuando un incendio devastó la ciudad, el puente entonces pasó a ser un importante centro comercial donde los mercaderes se instalaría –de ahí el nombre que ha pasado a la posteridad–, convirtiendo tanto el Krämerbrücke como sus alrededores en el corazón económico de Erfurt y, además, elevando el puente varias alturas –hasta un total de tres pisos– para añadir viviendas.
Como singularidad, no está de más recordar que el puente de Erfurt estaba en el trazado de la denominada Vía Regia, la red de caminos medievales que articulaba Europa. Razón por la que también el puente es parte del Camino de Santiago, ya que la Vía Regia unía puntos económica y religiosamente relevantes como Roma o la propia Santiago.
En la actualidad, en el puente viven cerca de 100 vecinos, mientras que la planta baja de la edificación pertenecen a talleres de artesanía, cafeterías, galerías de arte, anticuarios y, curiosamente, los edificios –salvo cuatro portales– son de titularidad pública, por lo que depende del ayuntamiento de Erfurt la gestión de estos.
Además de todas estas curiosidades, el puente de Erfurt es el hogar de un festival de verano que gira en torno a la cultura medieval llamado Krämerbrückenfest, en la tercera semana de junio, y que se celebra desde el año 1975.
Imágenes | Erfurt Tourismus
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