Con sus calles de piedra, su bello entorno y sus numerosos monumentos y enclaves, Culla es un pueblo ideal para visitar en cualquier época
En la comarca del Alto Maestrazgo (l'Alt Maestrat), al noroeste de la provincia de Castellón, destaca un pueblo casi escondido en el interior de este bello entorno que se presenta como una escapada rural perfecta para cualquier momento del año. Culla es de esos rincones que sorprenden por la riqueza de un patrimonio histórico bien conservado que define la personalidad de un pueblo que parece trasladarte en el tiempo al recorrer sus calles.
No en vano el centro histórico de la villa fue declarado Bien de Interés Cultural, pues adentrarse en Culla es sentir que se viaja a otra época donde los ritmos son distintos, respirando toda su historia y tradición, en la que la Orden del Temple dejó una huella que el tiempo no ha podido borrar.
Los orígenes de Culla se remontan a tiempos prehistóricos con los primeros pobladores de la zona cuya presencia queda patente en los yacimientos arqueológicos que salpican el entorno, como las pinturas rupestres del Barranco de Santa María y Covarxa o los restos del poblado íbero del Castellar.
Ya en tiempos medievales, la primitiva villa estuvo bajo dominio musulmán hasta que pasó a manos cristianas de forma definitiva en la Reconquista del siglo XIII. De aquellos tiempos queda patente el trazado urbano de calles y callejuelas talladas en piedra, la muralla protectora y el castillo elevado, a 1.100 metros sobre el nivel del mar, que los caballeros templarios convirtieron en su gran base de operaciones del territorio.
El castillo es visitable y un buen punto de partida para después recorrer todo el casco histórico con calma, admirando cada uno de los detalles que Culla atesora en todos sus rincones, perfectamente rehabilitado manteniendo el espíritu original.
A lo largo del paseo, no exento de subidas y bajadas, se pueden visitar monumentos y puntos turísticos como la Iglesia de San Salvador, que alberga una valiosa imaginería gótica en su interior, con un retablo tríptico de puertas abatibles y una estatua en piedra policromada de El Salvador, patrón del pueblo, decapitado en la Guerra Civil pero restaurado años más tarde.
También merecen una parada las ermitas, el Granero del Comendador o vieja prisión, el antiguo hospital y la Casa Abadía, así como los restos de la muralla medieval con sus arcos y, sin duda, el mirador del Singlet, que regala unas vistas panorámicas magníficas del pueblo y su bello entorno natural.
Tanto paseo pueden abrir el apetito y Culla tiene una gastronomía castellonense que hará las delicias de sus visitantes, donde se mantienen los platos más tradicionales de la zona. Alejados de la costa, aquí se rinde homenaje a la carne y al monte, con muchos guisos, embutidos y también carnes a la brasa y recetas emblemáticas como el conejo con caracoles o, en temporada, las setas y la trufa. Además, no faltan los postres y dulces típicos, como la coca celestial, los patissos rellenos o los clariandes de almendra.
Unos alrededores para no perdérselos
Tras recargar las energías se puede alargar la visita recorriendo el entorno, donde además de un paisaje natural magnífico para practicar rutas de senderismo y deportes al aire libre se pueden encontrar también varios puntos de interés que ningún visitante de Culla debería pasar por alto.
En primer lugar, parada obligatoria es admirar la Carrasca de Culla, un impresionante árbol de más de 20 metros de altura declarado árbol monumental de la Comunidad Valenciana en 1988, con un tronco de siete metros de circunferencia y cuya edad se calcula que supera los cinco siglos.
Y dos visitas perfectas para toda la familia son el Astromaestrat, u Observatorio Astronómico-Turístico, que ofrece diferentes experiencias de observaciones adaptadas a todo el público, y el Parque Minero del Maestrazgo, en el paraje natural de la Fontanella, donde también merecen la pena las vistas.
Este Parque Minero está acondicionado con galerías visitables para conocer en profundidad cómo trabajaban y vivían los antiguos mineros. La visita arranca a bordo de un tren minero en el exterior y continúa bajo las rocas en el recorrido visitable a pie lleno perfectamente ambientado y dotado de hologramas, paneles informativos y audiovisuales.
Castellón (GAESA)
Imágenes | Turismo Comunitat Valenciana - Parc Miner del Maestrat
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