No por largamente peleado un sueño no deja de dar placer cuando se hace realidad. En una noche de estrellas Michelin que han consolidado a restaurantes como Disfrutar o Noor, no es menos necesario mencionar uno de los grandes hitos de la noche: el restaurante Barro.
Por un lado, el primer restaurante con una estrella Michelin en la historia de Ávila. No sólo ciudad, sino también provincia. Se dice pronto, pero con este florón son sólo dos las provincias españolas que nunca han tenido o tienen una estrella Michelin en sus restaurantes.
Por el otro, el de batir todos los récords de precocidad a la hora de conseguir la primera estrella. El responsable es Carlos Casillas, uno de los chefs más prometedores de España, y que con apenas 24 años se convierte en el cocinero más joven de España en conseguir la estrella Michelin y, al mismo tiempo, la estrella verde que premia a los restaurantes más sostenibles.
Adelanta por tres años a Alejandro Serrano, de Miranda de Ebro, que en 2021 —cuando contaba con 25 años— batía el récord que anteriormente tenía el chef Javier Aranda, que había conseguido el galardón para el restaurante La Cabra (Madrid) cuando apenas contaba con 27 años.
Quién es Carlos Casillas, el estrella Michelin más joven de España
Carlos Casillas, de blanco a la izquierda, y su equipo.
Nacido en Ávila en 1999, pero con un fortísimo arraigo a Navalacruz, su pueblo, situado a apenas 50 kilómetros de la capital abulense, Carlos Casillas es uno de los nombres llamados a tomar el relevo de la cocina española en los próximos años.
No en vano, también está nominado como Cocinero Revelación de Madrid Fusión 2024, donde también hay otros chefs —más o menos de su quinta— que también tocan a esa puerta de futuro y a los que Michelin también ha puesto en el mapa.
Es el caso de Jorge Muñozy Sara Peral, en Osa; de Brais Pichel, en Terra (Finisterre, La Coruña) o de Marco Iniesta, del murciano Frases, que también han obtenido su primera estrella Michelin en esta gala de 2024.
Cómo es Barro, la primera estrella Michelin de Ávila
Uno de los pases del Menú Alberche, a base de pollo en pepitoria, gilda y corte de helado con piel de pollo.
Cambiante, como la propia temporada, la cocina de Barro es una gastronomía que aboga por poner a toda la provincia de Ávila en sus menús, incluido un storytelling donde se habla de recuperación y de incluso el drama que suponen las especies invasoras o los incendios forestales en la provincia.
Valiéndose también de un espíritu recolector —no en vano, Casillas tiene una pequeña finca en su pueblo de la que se surte de plantas silvestres—, Barro apuesta por el proveedor local de proximidad en todo lo posible, ya incluso amigos del chef como sucede con Rafa González, ganadero y carnicero en Navaluenga, o de Mario Esteban, de la quesería Montealijar —en Las Navas del Marqués—, cuyos productos también sirve en el restaurante.
Con intención de haber sido ingeniero, Casillas cambió su rumbo hacia el mundo de la gastronomía tras conocer el Basque Culinary Center, pasando luego por prácticas en distintos perfiles de restaurante como La Tasquita de Enfrente, Miramar o Ambivium.
Rodeado de un equipo igual de joven y entusiasta que él, Carlos Casillas desmolda en Barro una propuesta de proximidad y de sostenibilidad en un restaurante de apenas tres mesas con capacidad para nueve comensales.
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Minimalismo abulense y buen producto, en platos sabrosos, que se enlazan a través del menú Alberche,que ejerce de propuesta única en Barro y que, como decimos, cambia cada estación y va dando salida y entrada a distintos platos durante incluso la temporada.
Imágenes | Barro / Jaime de las Heras
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