Esta localidad en el sur de Francia tiene una imponente fortificación y unas bonitas calles empedradas ideales para una escapada otoñal
A poco menos de tres horas de Barcelona, a unos 200 kilómetros de distancia, a 40 de España, se encuentra un pequeño tesoro que no debes dejar de visitar: Vilafranca de Conflent, un encantador pueblo francés que forma parte de la prestigiosa lista de los pueblos más bonitos de Francia.
Rodeado por los majestuosos Pirineos Orientales, este destino es un viaje en el tiempo gracias a sus calles empedradas, que parecen haber sido detenidas en la Edad Media.
Recorrerlas es sumergirse en siglos de historia (en una escapada otoñal ideal gracias a su atmósfera fría), mientras las murallas que lo rodean cuentan la importancia estratégica que tuvo en su época.
Esta misma escapada es una encarecida recomendación para la revista de viajes National Geographic, que destaca en un artículo la belleza de este enclave pirenaico tan cerca de la frontera española.
Uno de los mayores atractivos de Vilafranca de Conflent es su fortificación, reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Esta imponente estructura defensiva es obra de Sébastien Le Prestre, más conocido como Vauban, el ingeniero militar más destacado del siglo XVII. Vauban, que fue mariscal de Francia bajo el mandato de Luis XIV, se especializó en la construcción y mejora de sistemas defensivos en toda Europa en una época de intensas guerras por el territorio.
Su obra en Vilafranca de Conflent es uno de los ejemplos más brillantes de su genio arquitectónico. La fortificación de Vauban en Vilafranca es un auténtico monumento a la ingeniería militar de la época.
Las gruesas murallas de piedra protegen el pueblo de cualquier ataque exterior y, junto con sus baluartes y torres, forman una red de defensa que, en su tiempo, fue casi impenetrable.
Lo fascinante de esta estructura es que no solo servía como escudo defensivo, sino que también organizaba la vida dentro del pueblo, donde la seguridad y el bienestar de los habitantes estaban perfectamente planeados.
Hoy en día, caminar por estos muros es una experiencia lúdica medieval ideal para ir solo o en familia. Allí, historia y paisaje se funden en perfecta armonía.
Sin embargo, Vilafranca de Conflent no es solo historia. Desde este pintoresco pueblo, los viajeros pueden disfrutar de otra de las grandes atracciones de la región: el famoso Tren Amarillo.
Este tren recorre los impresionantes paisajes de los Pirineos, ofreciendo una perspectiva única de las montañas y los valles que rodean el pueblo.
Conocido como el Canario de los Pirineos por su color, el tren realiza un viaje que combina naturaleza y aventura, perfecto para quienes buscan una forma diferente de disfrutar del espectacular entorno natural.Foto | David Melgar y Pyrenées-Cerdagne,
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