En plena Sierra Norte madrileña se encuentra una rareza botánica en forma de abedular que ofrece una bella ruta de senderismo ideal para toda la familia
Aunque la capital ofrece muchos atractivos al visitante, los gatos de adopción aprendemos rápido que es en la Sierra Norte donde nos esperan algunos de los mejores rincones de la Comunidad de Madrid, especialmente cuando necesitamos escapar del ajetreo de la vida urbana y respirar aire puro en plena naturaleza.
Cada uno de los múltiples pueblos y aldeas que salpican las distintas zonas de este área montañosa guarda encantos distintos, y merece la pena volver en cada estación del año para contemplar cómo cambia el paisaje. Pero otoño es, sin duda, una de las mejores épocas para adentrarse en la belleza de bosques y campiñas teñidas de colores, antes de que la nieve haga su aparición.
No es tan conocido como otros pueblos más masificados, como La Hiruela, pero Canencia es una visita más que recomendable para escapar unas horas y practicar alguna de sus rutas de senderismo, más aún si somos novatos o vamos con niños, pues existe un recorrido muy sencillo lleno de puntos de interés apto para todas las edades.
Canencia es un pequeño pueblo de unos 455 habitantes enclavado en plena Sierra Norte, más concretamente en la vertiente sur de Guadarrama, en las estribaciones de la Sierra de La Cabrera y a los pies del puerto homónimo. Se encuentra a 83 kilómetros de la ciudad de Madrid a una altitud de 1.150 metros, en un pequeño valle flanqueado por formaciones montañosas, donde discurre el arroyo de Canencia.
Visitas imprescindibles en el pueblo y su entorno son los tres puentes medievales que se conservan. Son el Puente Canto, con dos arcos asimétricos y un área recreativa; el estrecho Puente Cadenas de un único arco; y el Puente de Matafrailes, también de un ojo y con un perfil elevado. Destaca además la iglesia gótica de Santa María del Castillo, del siglo XV, reformada tras los desperfectos sufridos en la Guerra Civil, con un púlpito de estuco de estilo mudéjar.
El entorno natural es uno de los grandes atractivos de Canencia, pues aquí se localiza el Abedular, un gran ejemplo de los llamados bosques islas, una rareza botánica con especies más propias de otras zonas y muy raras en estas latitudes.
La Senda Ecológica de Canencia, una de las autoguiadas de la Comunidad de Madrid, es una actividad estupenda para conocer este bello entorno natural con un recorrido circular que en apenas un par de horas permite contemplar la enorme riqueza de la variada flora local y sus magníficos paisajes.
El extraño abeto de Douglas es uno de los árboles más singulares de este bosque, único en sí mismo por ser de los pocos de la zona formado por tal cantidad de abedules. Además podremos ver especies protegidas como el acebo y el tejo, que se mezclan con brezos, robles, álamos y altísimos pinos silvestres, entre los que suelen mezclarse el canto de diferentes aves y habitan especies de mamíferos como el corzo o el zorro.
Uno de los puntos clave que casi sorprenden de golpe en la ruta es el entorno de la la Chorrera de Mojonavalle, la mayor de las cascadas naturales de la zona que en pleno invierno suele estar helada y que para contemplarla en plenitud se puede subir a un pequeño mirador, bien indicado y de fácil acceso.
Además, en el recorrido, siguiendo el arroyo, veremos varias construcciones de interés etnográfico como la Fuente del Hornillo, y de vuelta en el pueblo otro punto de interés es el potro de herrar, antiguamente usado para herrar caballerías y burros de labranza, hoy testigo de otra época.
100 Rutas por la Sierra de Madrid
Fotos | Ayuntamiento de Canencia - Sierra Norte - Borjaanimal - Aglaya72
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