El sistema que se pretende implantar también deberá ser efectivo en plataformas como Airbnb
Los alojamientos también tendrán que informar de la hora de entrada y salida de los usuarios, así como de la disponibilidad de conexión a internet
Hasta 42; esos son los datos personales que pretende recabar a partir del próximo dos de diciembre el Gobierno de España cuando entre en vigor el remozado Real Decreto 933/2021. La ley, aprobada por el Ministerio del Interior, supone dar todavía más información de la que ya se da en hoteles y alojamientos vacaciones, donde actualmente se cumplimentan 14 conceptos.
28 son los nuevos datos que habrá que facilitar y que supone, según especialistas como Borja Adsuara, "los datos desproporcionados para el fin previsto". En una entrevistas concedida a Xataka, Adsuara, profesor y abogado especialista en Derecho Digital, advierte de lo que supone facilitar todos estos datos.
Los motivos argumentados por las autoridades, justificados en la publicación del Boletín Oficial del Estado, apuntan a que "los mayores ataques a la seguridad ciudadana vienen protagonizados tanto por la actividad terrorista como por el crimen organizado". Motivo por el que controlar aún más la privacidad de los ciudadanos, sobre todo españoles, parece la clave.
Algo de lo que también se queja Adsuara, alegando que "si el objetivo del Real Decreto es luchar contra el terrorismo y el crimen organizado transnacional, ¿por qué se piden todos esos datos a los ciudadanos españoles?" Una duda razonable que, además, implica también a la Agencia Española de Protección de Dados, algo que, en teoría, ya ha recibido el plácet de la APED con su informe técnico.
18 datos más, tanto por parte de los viajeros como por parte del establecimiento, serán los que se tengan que facilitar en hoteles, pensiones, hostales y alojamientos turísticos, que choca de manera brutal con la anterior legislación, donde se demandaban 14 datos.
Ahora, además de cuestiones elementales como el nombre, el DNI o la fecha de nacimiento también se habrá de informar del teléfono fijo y del móvil, del correo electrónico e incluso con la relación de parentesco entre las personas alojadas, así como del tipo de pago, ya sea efectivo o en tarjeta. Conservando, además, los datos de pago, como la titularidad de la tarjeta o su fecha de caducidad.
También elementos que hasta ahora eran irrelevantes como la hora de entrada en el alojamiento o la fecha y hora de salida, además de datos aún más extraños como el número de habitaciones o si el establecimiento dispone (o no) de conexión a internet.
Imágenes | mrsiraphol en Freepik
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