Restaurante Fishka, cocina rusa de mercado en Madrid

Resulta difícil etiquetar o poner un calificativo a este original restaurante situado detrás del Auditorio Nacional de Música, ya que el restaurante Fishka ofrece una original versión de la cocina rusa, basada en el producto con una espectacular puesta en escena.

Abierto desde 2011, se basa en la cocina mediterránea de mercado elaborada con buenos productos frescos, pero que se presenta al comensal en platos de inspiración rusa. Por ese motivo, no podemos considerarlo como un restaurante de cocina rusa, sino más bien como un establecimiento de cocina mediterránea con toques rusos.

Detrás del proyecto de este restaurante destacan dos personas: Por un lado Natalia Vetokhina, la propietaria de origen ruso y como responsable de la carta, Matthías Fusi, chef argentino que trabajó entre otros con Sergi Arola en el restaurante la Broche, en el Sergi Arola Gastro y también se formó en La Terraza del Casino y en el restaurante Le Cabrera.

El local

Abierto de martes a domingo para las comidas y de martes a sábado para las cenas, el local es espacioso, lleno de luz y con una preciosa decoración. Recientemente, ha comenzado a servir desayunos. Tiene también la posibilidad de ofrecer espacios reservados para comidas de empresa o celebraciones de hasta 18 personas.

La primera sensación que tienes cuando entras en el restaurante Fishka es agradable pues resulta muy acogedor. Tras la zona de barra donde también se puede comer o picar, hay una sala llena de detalles rusos como las clásicas matrioskas, la porcelana, y todo tipo de artículos que Natalia que tiene formación como interiorista ha sabido combinar con mucho gusto.

La carta

Comupuesta fundamentalmente por platos de inspiración mediterránea de mercado, los pescados y mariscos son protagonistas, como ya sugiere el nombre del local, aunque también ofrecen platos de carne como sus tarrinas caseras de foie y los deliciosos platos de carne de caza.

Empezando en orden, lo habitual en Fishka es comenzar tomando un trago de vodka, ya sea blanco natural o de los que preparan macerando frutas como el de frambuesas. La carta de vodkas rusos es impresionante en calidad y variedad, aunque los precios de estos licores pueden notarse en la cuenta.

En cuanto a los entrantes, son una auténtica maravilla. Podemos disfrutar de platos en tamaño mini, llenos de colorido y con unas mezclas de sabores realmente interesantes. Como muestra, probamos la ensalada Olivier (origen de la que conocemos como ensaladilla rusa) que se presenta envuelta en una lámina de pepino, o las albóndigas con col lombarda y salsa picante.

Mención aparte merecen los increibles blinis elaborados en el momento y presentados dentro de la blinnaia de porcelana, listos para tomar con la creme frâiche y el clásico esturión, uno de los platos bandera de la casa. El esturión también se presenta como entrante en otro formato lleno de color, en pequeñas brochetas con salsa de cerezas y remolacha, presentadas sobre un puré de guisantes.

También se ofrecen otros platos clásicos en la cocina rusa como la sopa borsh basada en remolacha, o los gnochi de borsh rellenos de hierbas aromáticas, y si os lo podéis permitir, podéis solicitar el maravilloso caviar ya sea el Imperial, el Royal o el Keta. En este caso la cuenta subirá sensiblemente como es natural.

En cuanto a los platos fuertes, os recomiendo la terrina de foie casera, servida con pera o la ensalada de magret de pato curado con membrillo, o el pulpo a la brasa con patatas amarillas, setas y salsa de pimientos asados. Como pescado, me inclino por el esturión a la brasa para disfrutar de su sabor intenso, un plato que no probamos habitualmente en nuestra cocina al que Matthías sabe sacar partido.

De postre, aunque tenían el babá que es un clásico bizcocho ruso o el Pavlova creado en honor a la famosa bailarina rusa, probamos un pastel ruso llamado Rigik elaborado con finas capas de bizcocho de miel y dulce de leche, acompañado de helado de queso que resultó sorprendentemente ligero y que podéis ver en la imagen.

Aprovechando que acababan de comenzar a servir desayunos, el chef nos ofreció con los cafés unos bizcochos de plátano y canela y otros de chocolate, en un buen punto de humedad y sabor. El servicio de té es precioso, servido en tazas de preciosa porcelana rusa y con unas teteras que llaman realmente la atención por su belleza.

Como resumen, el restaurante Fishka es un lugar para ocasiones especiales, para celebrar algo de forma diferente, disfrutando desde el principio hasta el final de su original carta, la esmerada atención del servicio de sala y la espléndida decoración. Por mi parte, todos los platos que he probado me parecieron deliciosos, aunque destaco especialmente los blinis con esturión y creme frâiche.

En cuanto a calidad-precio, el importe de la cuenta dependerá mucho de la elección de las bebidas, de si tomáis o no caviar en la comida y de si la rematáis con un cóctel como los estupendos caipiroskas elaborados con vodka ruso. Todos esos factores hacen que la horquilla de precios sea amplia.

Restaurante Fishka

C/ Suero de Quiñones 22 Reservas 915 192 572 Precio 35-55 euros Web restaurante

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