En el corazón del madrileño barrio de Salamanca podemos encontrar un espacio decorado con estilo donde podemos disfrutar de platos muy interesantes. Estoy hablando del restaurante Flash Flash, una tortillería que abrió hace cinco años en Madrid tras cosechar gran éxito en Barcelona durante décadas.
La decoración del local que es muy espacioso, hace que aparente ser aún mayor ya que los amplios murales blancos decorados con siluetas en negro y otros motivos fotográficos consiguen un efecto relajante. Sin embargo el exceso de aprovechamiento del espacio disponible ha hecho que la distribución de las mesas resulte algo estrecha sin demasiados espacios entre una y otra.
La carta
La oferta gastronómica de este local es bastante amplia. Una extensa carta ofrece platos de ensaladas, sopas y platos de verdura, antes de pasar a las verdaderas estrellas, las tortillas y las hamburguesas. En cuanto a las primeras, hay tortillas de todo tipo, clásicas, con salsa, tortillas de carne, de verduras y de pescado.
Las hamburguesas constituyen la otra especialidad del local que vende mucho este plato que prepara de manera peculiar. En realidad sus hamburguesas son raciones de steak tartar pasado por la plancha por lo que no responden a una hamburguesa al uso. Para mí resultaron un acierto pues me encanta el punto semicrudo en la carne y al prepararlo de este modo pude disfrutarlas como ahora os contaré.
Además hay otros platos de carne, como entrecote, buey a la pimienta o brochetas de cordero. Aunque no figuran en la carta también hay otros platos, aperitivos y entrantes entre los que os recomiendo los mejillones a la crema, muy suaves de sabor y que poco a poco te van conquistando. Imprescindible pan para disfrutar de la salsa.
La degustación
El día que visité Flash Flash, pude probar con mi acompañante algunos de los platos de los que os hablaba. Comenzamos con unos aperitivos o entrantes, unas croquetas, simplemente correctas, acompañadas de un vino blanco de Rueda.
También probamos unas minihamburguesas, muy ricas pero no os las recomiendo si vais a pedir luego a sus hermanas mayores, mejor pediros los deliciosos mejillones a la crema de los que os hablaba antes, que ellos por sí solos ya hacen interesante la visita.
A continuación, compartimos la tortilla más afamada de Flash Flash, la de trufa y queso y celebramos su gran textura, muy jugosa en el interior y cuajada por fuera, que era muy buena a mi gusto. Se presenta acompañada de pan con tomate y está realmente bien preparada. La cantidad es suficiente para compartir entre dos o tres personas si se piden más platos.
Para probar varias hamburguesas, pedimos la Monty, que es la más vendida y la Cadillac, elaborada con bacon y alcaparras y bien cubierta con abuendante queso fundido. Me sorprendió ver que ambas venían con idéntica guarnición, unas patatas fritas más que correctas y un poco de tomate. Quizás deberían ofrecer alguna alternativa o elemento que distinga unas de otras.
Las hamburguesas se sirven sin pan, directamente sobre el plato y están bien doradas por fuera pero casi crudas en el interior, de modo que su textura como os decía, es más de un tartar que de una hamburguesa americana. Lo bueno además es que, para aliñarlas ofrecen un estupendo surtido de salsas, en especial de mostazas, que permite sazonarlas al gusto.
Por último, llegamos a los postres. Probamos un pequeño surtido, formado por unas crêpes, unos daditos de pudding y tras ellos un batido, que son una especialidad de la casa. Con divertidos nombres como Pulp fiction o Ánimo Cristiano, ofrecen una buena alternativa para rematar la comida.
El propietario
Al acabar la comida, el propietario, Ignacio Alfonso se acercó a nuestra mesa a charlar y nos contó su historia que comenzó como cliente habitual de Flash Flash Barcelona y cómo cambió su vida de forma radical, al iniciar este proyecto.
Habló de los inicios, cuando el restaurante no terminaba de arrancar con fuerza y de cómo ha cambiado el restaurante asentándose entre su público a base de aumentar la calidad del producto para conseguir fidelizar la clientela. Una buena forma que no muchos afrontan y que parece haberle dado un buen resultado.
En resumen, el restaurante Flash Flash en Madrid es una buena sugerencia para comer de forma desenfadada, sin gastar mucho dinero y con platos originales en los que es fácil acertar. Quizás ahora que ha abierto su terraza consiga seguir aumentando la afluencia de público, algo necesario en estos tiempos difíciles.
Restaurante Flash Flash
Calle Nuñez de Balboa 75 Precio medio 25-30 euros Tel reservas 91.575.10.10 Página web
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