Hace unos días tuve ocasión de asistir a un restaurante que me gustó mucho y tenía ganas de comentaros lo que probé y explicaros por qué me convenció la propuesta del Restaurante la Chusquery, fusión de la cocina castiza y asiática para compartir.
Situado en la calle Los Mancebos, La Chusquery es una pequeña taberna de sabor tradicional, con mesas de madera y una oferta gastronómica fruto de la experiencia de los tres socios en sus viajes por todo el mundo. Esto es lo que más me convenció por lo que sin más demora, os cuento con detalle el menú.
El espacio y el local
Con el aliciente de su terraza, en la que se cobra un 10% más sobre el precio de los platos, las noches son una delicia en La Chusquery. Tanto nacionales como visitantes extranjeros, disfrutan de su carta de tapas y bocados para compartir, en la que la sabia combinación de ingredientes, sabores y texturas te alegra desde el primer momento.
Las mesas y sillas son cómodas y funcionales y destaca como decoración la imagen del logotipo del gato madrileño, que contrasta con lo minimalista de la decoración. Un detalle simpático que refleja la personalidad del grupo de propietarios y cocineros del local.
La degustación
Comenzamos con un tiradito de zamburiña, condimentado con aji rocoto y sal ahumada, una delicia en tamaño mini llena de sabores y contrastes muy interesantes. A continuación, un bao de panceta cocinada a baja temperatura servido en un bollito chino cocinado al vapor y condimentado con menta, albahaca y cilantro.
Dos delicias en las que se aprecia de modo notable la influencia que los dueños han tenido durante sus estancias en Perú, Singapur y Filipinas. A continuación vinieron los platos principales, que fueron los cuatro siguientes.
En primer lugar una ensalada de burrata y rúcula, aliñada con una vinagreta de jamón y tomate, en la que el elemento sorpresa lo aportaban los tomates confitados a baja temperatura hasta deshidratarlos parcialmente -deliciosos- y con toques herbales de albahaca y menta.
Continuamos con el tataki de pez mantequilla, con tres salsas: la Dulce, una salsa hoisin de fresas de china, una picante de influencia Thai y una Ácida basada en la salsa Ponzu, presentadas en botones de distintos colores. Muy interesante la combinación del pescado con las distintas salsas.
A continuación, la molleja de ternera con salsa hoisin acompañada de setas cocinadas como si de un anticucho peruano se tratase. La molleja estaba tiernísima, tras haberse cocinado a baja temperatura en vacío, después frita la parte exterior y rematada en la parrilla tras filetearse.
Finalmente, terminamos la degustación probando un plato de carne, un corte llamado la lágrima, una pieza de carne situada entre las costillas de la ternera, que cocinaron a baja temperatura y sirvieron con packchoi y kimchi, lacado de salsa de ostras y ralladura de jengibre fresco.
Para finalizar pedimos como postre un bizcocho caramelizado acompañado de helado y sal, al estilo de las torrijas realizadas en la plancha y caramelizadas, que estaba bueno, pero no era tan espectacular como el resto del menú.
En resumen, que en mi opinión merece la pena descubrir La Chusquery y probar su cocina fusión entre la clásica cocina de la capital madrileña y las cocinas asiáticas que Angel, Roberto y Sergio han experimentado en sus viajes y que hoy traen a su restaurante con maestría.
Restaurante La Chusquery
C/ Los Mancebos 2
Madrid 28005
Precio medio 30-35 euros
Tel reservas 910703215
En Directo al Paladar | Restaurante Piscomar, un peruano que hay que visitar en Madrid
En Directo al Paladar | Restaurante tapería El Palé en Madrid
Ver todos los comentarios en https://www.directoalpaladar.com
VER Comentarios