Hace unos días tuve ocasión de visitar el restaurante Villa Retiro, una estrella Michelín en un precioso entorno y a precios razonables. También conocido por su nombre anterior, -restaurante Torre del Indiano- el restaurante Villa Retiro está situado en el Hotel Resort del mismo nombre, en la localidad tarraconense de Xerta.
En este restaurante, probé su menú degustación, (un largo menú a un precio de 62 euros) que se puede tomar maridados con más de siete vinos distintos, por un precio extra de otros 25 euros, contando con la ayuda de Javier Campos, el jefe de Sala y Sumiller.
El restaurante y los espacios
Situado dentro del complejo del hotel del mismo nombre, su propietario y cocinero Fran López practica una cocina local de proximidad, muy pendiente del producto, con unos resultados realmente notables.
El restaurante es amplio, permitiendo la celebración de banquetes y cuenta con ambientes agradables y zonas más reservadas para comidas de grupos. La cocina, que tuve ocasión de visitar, es amplia y en ella el trabajo es impecable, como ahora podréis ver al repasar los platos del menú de Degustación.
El trabajo de Fran López al frente del restaurante le ha valido una estrella Michelín y un Sol de la Guía Repsol.
Menú degustación del restaurante Villa Retiro
Los entrantes
Empezamos con un bombón de parmesano con pesto y piñones y un gelee de albahaca, seguido de un filipino relleno de salmorejo y una pequeña ensalada césar. Para beber, además del brut nature de Torreó del indiano, llegó un impresionante sorbo corto llamado Xerta Sour, elaborado con cachaça, cilantro y yuzu. Los panes caseros eran también muy ricos, en especial el pan de mantequilla.
Continuamos con un sashimi de bonito, cocinado en una salmuera de siete minutos con jengibre y una emulsión de caviar de arenque y te negro, servido sobre un puré de coliflor. Un plato muy delicado que probamos acompañado del vino L'india, una garnacha blanca de la bodega Pagos de Ibera ganador de la medalla de oro a las mejores garnachas del mundo en Perpignan.
Tras el sashimi, vino uno de los platos más deliciosos que se incluyen en el menú. Se trataba del buey de mar con emulsión de su coral, con salsa de brandy e hinojo, que sirvieron con el divertido vino Perro Verde de la DO Rueda, un verdejo equilibrado que combinaba muy bien con el espectacular sabor del buey.
Como plato intermedio, antes de pasar a los principales, un foie acompañado de una gelatina de vinagre de granadas, con helado de granadas y acompañado de tostas de pan de higo y de nueces. Este plato se acompañó de un vino de la zona del Piamonte, un moscatel frizzante con toques dulces, delicioso que para mi fue todo un descubrimiento.
Los platos fuertes
Uno de los platos más sabrosos, elaborado con arroz del Delta del Ebro, fue el arroz untuoso con magret de pato y codorniz y tuétano, con un cordón de crema de hinojo y perejil, que sirvieron acompañado de un vino de uva Syrah y Garnacha rosado, el Bárbara Fores, cuya ligera acidez era genial para "limpiar" la potencia del arroz, uno de los platos que más me gustó.
La vajilla para este plato no resulta muy adecuada ya que la altura del plato (con forma de volcán) dificulta el uso del cuchillo para cortar la codorniz o el magret con comodidad. Pero el plato está tan bueno que se perdona este pequeño detalle.
Para el plato de pescado, una lubina con setas y espuma de mantequilla con una salsa de crema de setas pie amarillo y servida con calamares encebollados, el vino elegido fue el Vino Gamberro, una garnacha blanca de las tierras altas. El pescado, perfecto de punto también fue uno de mis platos preferidos.
Las carnes tuvieron presencia en el ménu a través de dos platos: Primero unas mollejas de ternera a la plancha y lacadas, acompañadas de coliflor en diferentes texturas. Este plato fue el que me pareció menos acertado, quizás por las texturas de la coliflor cuyo aroma tapaba el sabor de la molleja (muy tierna). Lo tomamos con un Rioja de Finca Allende.
El otro plato de carne en el menú fue una carrillera de tenera cocinada a baja temperatura compañada de mostaza, albahaca y raviolis de polenta, que sirvieron con un tinto llamado Gamberro, premio al mejor vino Terra Alta de 2014.
Los postres
Como prepostre, un plato llamado Solsticio, elaborado con un cordón de chocolate mezclado de barquillo y servido con un membrillo de piña, un biscuit de piña y un helado de coco. Como curiosidad, este postre se sirve acompañado de una copa de vodka Beluga, que se toma tras probar el postre. Delicioso, redondo y bien presentado.
El segundo postre, -a mi gusto menos conseguido que el anterior pese a su impecable presentación- fue un plato con diferentes texturas de higos y nueces de macadamia, servido con un canutillo de pasta filo con espuma de higos, pralinés y otros complementos, que se acompañó de otro vino que me encantó conocer, el llamado Gamberrillo, un vino dulce tipo mistela elaborado con uva Cariñena Vieja, que dió paso a los cafés, la tertulia y una copita de whisky Lagavulin como fin de fiesta.
Restaurante Villa Retiro
Carrer dels Molins, 2
43592 Xerta, Tarragona
Precio degustación 62 euros maridaje aparte (25 euros)
Teléfono reservas: 977 47 30 03
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