12 años le valen a un crítico gastronómico para comprobar que "los restaurantes han cambiado y no para mejor": la opinión de Pete Wells

El crítico de cabecera de 'The New York Times' denuncia en una carta abierta la nueva situación que comprueba en la hostelería estadounidense

El futuro ya está aquí, cantaba Radio Futura, cuando lo petaba en los ochenta con aquel Enamorado de la moda juvenil. Sin embargo, parece que no a todo el mundo el futuro o la vanguardia le sienta igual de bien y algunos, de hecho, tienen sobradas razones para no considerarlo así.

Es lo que sucede con Pete Wells, el crítico gastronómico del periódico estadounidense The New York Times, que lleva ejerciendo este apostolado culinario desde 2012 en una de las cabeceras más leídas del mundo.

Wells, del que también hemos hablado recientemente debido a la inminente renuncia que va a hacer de su puesto, hastiado y saturado de comer cientos de veces fuera de casa al año y exponiendo su salud a lo que calificaba como "técnicamente obeso", aún ha dejado otra pincelada de esta trayectoria.

Y, como era de esperar, no ha sido para bien en lo que a la nueva forma de entender la restauración se entiende, como ha manifestado en su columna de The New York Times en la que asegura que los restaurantes han cambiado y no para mejor.

Wells se refiere así a los fenómenos de la digitalización que han alterado la forma en la que hasta hace no mucho funcionábamos en los restaurantes. En esta carta abierta, Wells lamenta que se ha perdido en la hostelería una de las pocas cosas que suponía un valor diferencial: el trato humano.

"Los restaurantes eran uno de los últimos espacios donde las personas podían vivir una experiencia completamente humana", confiesa en las páginas del periódico, lamentando que los restaurantes hayan sido invadidos por aplicaciones de pago, pantallas táctiles y códigos QR.

Es consciente así de que para agilizar ciertos procesos hemos pagado también un peaje que desprovee de contacto humano a muchos establecimientos en pos de una mayor rentabilidad, creando también "experiencias más impersonales y mecánicas".

También las reservas, a juicio de Wells, se han visto lastradas. Ahora la mayor parte de los restaurantes gestionan estas a través de plataformas online, habiendo olvidado el teléfono y lo que esto suponía, echando en falta ese "intercambio cortés" entre el cliente y el restaurante, que además ahora se gestiona a través de terceros.

"Menos personales y más transacciones económicas" es otra de las perlas que Wells dedica al artículo, donde los restos de la pandemia del covid-19 y sus restricciones han perdurado en determinados establecimientos, convirtiéndose ya en pilares inamovibles, lamentando cómo la tecnología despersonaliza la experiencia culinaria.

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Por último, entre los palos que brinda Wells, no deja tampoco de atizar a la alta cocina, donde advierte que "los menús degustación se han vuelto menos especiales y más uniformes", caminando hacia una estandarización de experiencias que resta autenticidad.

Imágenes | Freepik

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