Fue casi una coincidencia, en la cena de comida canaria hablamos de muchas cosas con mis compañeros de mesa pero increíblemente y yo ya tenía reserva confirmada en el restaurante asiático Sudestada, uno de los temas fue sobre lo espectacular que era este restaurante y que era casi visita obligada en Madrid para comer buena comida del Sudeste asiático.
Está regentado por tres argentinos este restaurante que tiene un concepto muy bueno al mezclar buena materia prima, platos originales que respetan el sabor y aroma de los platos asiáticos y sobre todo un servicio rápido. Los precios son adecuados.
Es de obligada mención la buena compañía que tuve en el restaurante, la idea de la reserva fue de Jorge Guitián (Diario del Gourmet de Provincias) al cúal tengo que agradecer la idea, pero es que una vez más se cumple la regla de que la gente de fuera de tu ciudad tiene que venir a enseñarte buenos sitios. Además estaba también Anna Mayer de Lions and Pancakes y al café se unió Alfonso de Recetas de Rechupete. Una comida perfecta.
Algo que me encanta y que ya no se puede decir que “cada vez más se hace” ya que es algo constatado y que la coctelería tiene su sitio en bares, restaurantes, cafés, etc… Por lo que es casi de obligado cumplimiento tomar un cocktail (foto principal) de aperitivo de una carta bastante amplia de Sudestada. En mi caso tome una Caipiriña Sudestada. Muy original pero sobre todo refrescante con unos toques de lima.
Si algo caracteriza al menú completo que se puede comer en Sudestada es la originalidad, además de mezclar muy bien los diferentes tipos de platos y aromas. De esta forma pudimos encontrar aromas típicamente indios y otros aromas del oriente más lejano. La carta varía cada 15 días, por lo que no tendremos excusa para no repetir, si queremos, ¡claro!
Empezamos por un aperitivo de sopa de miso blanco con mejillones. A mi, su sabor me recordó mucho al caldo del cocido de mi madre, y debo decir que me encantó precisamente por eso. Los mejillones, o mejilloncitos, fue un punto muy a su favor. Además una forma de brillante de abrir el apetito.
Continuamos los entrantes. Los originales Mem Cua. Unos rollitos vietnamitas de con cangrejo y cerdo. La forma de comerlos es lo que los hacían especiales, envolver el rollito en una hoja de lechuga y junto con diferentes tipos de hierbas: hierbabuena, albahaca, perejil y brotes de soja. Mojado en una salsa agridulce, muchos aromas, todos ellos identificables.
De entrante también tuvimos unas Samosas Sudestada rellenas de pasta de garbanzos con curry rojo. Un toque muy indio a las Samosas perfectamente realizadas.
El último de los entrantes unos Singapure Dumplings. Unas empanadillas al vapor rellenos de cerdo y verduras, acompañadas de salsa de soja. No eran las tipicas empanadillas al vapor, mucho más delicadas y su vez, por supuesto, mejores. Aunque de los entrantes me quedo principalmente con los Men cua.
Los segundos platos, fueron un Com rang, un arroz salteado vietnamita que había que mezclar con una salsa picante, aunque soportable siempre que no cogieses una de las guindillas frescas. El arroz combinado con carne y verduras, diferentes sabores y diferentes tipos de carne, síntoma del mestizaje de la comida.
El siguiente plato fue un Sate Kambing, una brocheta indonesia de cordero. Se acompañaba de una salsa y perdón porque no presté mucha atención, pero era una especie como de yogur líquido o leche cremosa con manzana verde y hierbas aromáticas picadas.
Por último, unos Mien Xao Hai San, fideos transparente con marisco y cerdo. ¿Quién dijo alguna vez eso de que no se podía mezclar carne y marisco en un mismo plato? Acompañado de una salsa agridulce con nabo, zanahora, remolacha y pepino.
Y Curry rojo con carrillada de vaca. La carrillada muy tierna, mezclada con el curry rojo. Creo que fue el plato más sabroso y dió pena que se acabase el desfile de platos. Eso sí, había que sortear las guindillas rojas, aunque Jorge se comió una y la soportó bien.
El postre, en mi caso una Crema de coco con sorbete de maracuja. Un postre muy correcto, crema de coco suave y el sorbte ligeramente ácido.
Por último agradecer en todo momento el servicio y sobre todo el que nos facilitasen una carta con el nombre de los platos a cada uno, porque si no hubiese sido imposible recordar los nombres. El precio, como siempre suelo terminar mis crónicas, a mi me parece justo por la calidad y el servicio. Pagamos 55 euros por persona.
Sudestada
Restaurante asiático
C/Ponzano 85
Precio 40-50 euros
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