Roma no quiere ser Venecia. La capital italiana mira con recelo a cómo la creciente turistificación, especialmente en la parte histórica, amenaza con convertir Roma en un parque temático donde, como ya sucede en la capital del Véneto, resulte imposible vivir a los locales.
Lo que no se podía imaginar. O al menos no hasta esos niveles, es que uno de los culpables de este fenómeno gentrificador, responsable de que la ciudad se llene de aún más turistas, es el Papa Francisco.
2025 está considerado Año Santo, así que esto quiere decir que quien peregrine a Roma el año que viene alcanzará el Jubileo, tal y como sucede en otras peregrinaciones dentro de la Iglesia católica, como puede ser la de Santiago o la de la localidad murciana de Caravaca de la Cruz.
El problema es que ahora el Papa Francisco se ha dado cuenta de una cosa, como cuentan desde Associated Press, el Año Santo va a sumar más caos (del que ya tiene) a la capital italiana. Se han reforzado trabajos en la vía pública y se han multiplicado obras para facilitar los accesos al Vaticano, así como a los lugares santos, pero lo cierto es que 2025 promete ser un año complicado -y abarrotado de eventos- para Roma.
En cifras se calcula que se espera recibir a unos 32 millones de peregrinos. No es una cifra menor, habida cuenta de que Roma ha batido en 2023 su récord histórico de visitantes con 35 millones de turistas. El drama añadido es que, como es evidente, la mayor parte de esas pernoctas siempre son en el casco histórico. Por poner en contexto el año 2023, el 86% de los viajeros se alojaron en lo que se considera el centro de la ciudad. Situación que se verá agravada en 2025 durante el Año Santo.
La cuestión es que, al parecer, Roma no está tan preparada ni para este aluvión ni para que el turismo de masas la colonice. Lo vimos a finales de este mismo año con el bum que supuso el estreno de Gladiator II y se prevé que el Año Santo solo empeore la realidad.
Con una periodicidad de 25 años, el Año Santo romano comienza oficialmente el día de navidad y es una tradición que permite buscar la bula papal, además de que durante este año se abren tesoros que no siempre están expuestos. Entre ellos, la apertura de las tumbas de los Santos Pedro y Pablo. Como es evidente, el consistorio romano también aprovecha la coyuntura para lavar la cara a la ciudad.
Sin embargo, ese lavado tiene una Cara B: más turistificación y expulsión de los romanos de sus barrios. Lo denuncia Alberto Campailla, director de la asociación Nonna Roma, que lleva una serie de protestas como, por ejemplo, colocar pegatinas "Tu BnB, nuestro desahucio" en las cajas de llaves de barrios como Pigneto, en el este de la capital, uno de los más afectados por este desplazamiento masivo de vecinos, donde se les desaloja para convertir sus apartamentos en pisos turísticos.
En barrios como el Trastevere, uno de los más cotizados por los turistas, los datos asustan: el 45% de los vecinos se han marchado del barrio en la última década, explicaban desde Corriere della Sera, ante las denuncias de que "la vivienda es un derecho, no la gallina de los huevos de oro".
«El Jubileo ha agravado notablemente este fenómeno que venimos observando, sobre todo en los últimos meses», afirma Alberto Campailla, director de la asociación Nonna Roma, que ha ido pegando pegatinas de “Tu BnB, nuestro desahucio” en las cajas de llaves de Pigneto para protestar por el crecimiento de los alquileres turísticos.
El problema para Roma es que, de momento, es el gobierno nacional el que puede -o no- ofrece normativas o dar carta blanca a los ayuntamientos para regular este tipo de alquileres a corto plazo, algo que aún no ha sucedido, como protesta Roberto Gualtieri, alcalde de Roma, que, además, ha insistido en que la remodelación de la ciudad está siendo lo más verde posible.
Del mismo modo, Gualtieri pretende evitar lo que ya considera "una emergencia" en la que "manzanas enteras se vacíen y conviertan en B&B porque la presencia de residentes en el centro es fundamental".
Imágenes | L'Osservatore Romano
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