Taberna da Penela, cocina tradicional en A Coruña

Otro de los descubrimientos de este verano en nuestra visita fugaz a A Coruña fue la Taberna da Penela, un restaurante de cocina tradicional situado en plena Plaza de María Pita. En el mismo sitio y pocos números más atrás se encuentra también otro restaurante de la misma familia, pero con un poco más de postín.

Nosotros nos decidimos por la taberna ya que vimos que se podía comer perfectamente con raciones o tapas, pero que también tenías la posibilidad de pedir algún plato de carta. Como además en la terraza acondicionada que tienen vimos varias mesas ocupadas, cosa que no pasaba con el resto de restaurantes, no dudamos en entrar.

Nos atendieron enseguida ya que para unas ocho mesas que tienen en la terraza atienden a los clientes tres camareros. Además son gente joven muy agradable y amena, y eso lo agradecemos mucho. Que te sientas casi como en familia cuando sales a comer fuera, marca para mí la diferencia entre un buen sitio y uno malo.

Como entrantes pedimos unas croquetas de carne de la casa. Están hechas con carne de caldo, de la zona del zancarrón, morcillo o jarrete como llamamos en Galicia. La bechamel es suave y las hebras de la carne ni se aprecian, muy ricas y con original forma cuadrada.

Luego nos decidimos, por recomendación del camarero, por unas anchoas de Santoña. Tiene gracia que vayamos a comer a A Coruña estas magníficas anchoas teniéndolas al lado de casa, pero bueno, merecieron mucho la pena. Acompañadas de un excepcional aceite de oliva, eran grandes pero sin una espina, exquisitas, como mantequilla.

El tercer entrante no podía faltar, unos pimientos de Padrón con tortilla de Betanzos, que no es más que tortilla de patata poco cuajada, o casi cruda diría yo. En casa somos de dejarla muy jugosa, pero me costó un poco ver tanto huevo crudo, eso sí, se notaba que los huevos eran caseros por el color y el sabor que tenía ésta.

El plato fuerte en este caso fue de pescado. Bacalao a la gallega y rape a la plancha fueron nuestra elección. El bacalao a la gallega no lo preparo de este modo, pero todo dependerá de cada casa o zona, como soy de interior me sorprendió un poco que no se pareciese mucho a como lo hacíamos en casa.

Aun así estaba perfecto, en su punto, sin una espina, y acompañado de unos deliciosos cachelos que me supieron a gloria bendita. Lo mismo con el rape, muy rico, en su punto y acompañado de ensalada, cosa que nos disgusta un poco y nos recuerda a chiringuito, pero es una pequeñez para la buena nota que damos a este restaurante.

A la hora del postre de nuevo nos dejamos seducir por los consejos del amable camarero y pedimos arroz con leche para compartir. Acababan de hacerlo y todavía estaba caliente. Realmente exquisito, uno de los mejores arroces con leche que he probado fuera de casa. Suelto pero con mucha crema, exactamente como nos agrada.

Después de una infusión y un café dejamos a Taberna da Penela con una gran sonrisa y deseando poder volver alguna vez. Eso sí, os recomiendo que tengáis cuidado a la hora de pedir, ya que las raciones son generosas y enseguida te quedas satisfecho.