Me apasiona la gastronomía de la India. Mi amor por ella nació y creció durante mis años en el Reino Unido. No había semana en la que, mi marido y yo, no visitáramos nuestro restaurante hindú preferido. Hace ya años que vivimos en España y hemos probado muchos restaurantes hindús. Nuestro favorito: Tandoori Station: auténtica cocina hindú en Madrid.
Aunque sabía de la existencia de Tandoori Station, no había tenido la ocasión de vistarlo hasta hace un par de meses. Y no imagináis lo mucho que me alegro de haberlo hecho. Tras mi primera visita allá por principios de abril, de cena con una buena amiga, no transcurrió más de una semana antes de que volviera a comer con mi marido. Desde entonces, estoy deseando quee llegue la tercera.
El local
Tandoori Station se encuentra ubicado en pleno barrio de Salamanca en Madrid. Llama la atención su original decoración, imitando el interior de un vagón de tren. Con estanterías y maletas sobre las mesas, planos de las líneas de tren en las paredes y otros motivos relacionados con el tema ferroviario, presidiendo comidas y cenas.
El estilo es funcional con toques ligeramente industriales, como son el suelo de metal de la entrada, los efectos metálicos de algunas paredes y el mobiliario en colores oscuros, especialmente el negro. La iluminación es buena, a pesar del negro reinante que acabo de mencionar. Esto, para quienes sufren de vista cansada como yo, es algo de agradecer...¡especialmente a la hora de leer el menú!
El menú
La carta agrupa la multitud de elaboraciones que se pueden disfrutar en Tandoori Station en aperitivos, asados al horno tandoori, currys (de pollo, de cordero, de pescado y langostinos y de verduras) complementos, arroz y pan. También hay una carta de postres muy variada con nombres tan exóticos como gajar halwa, pastel de zanahoria, mango lassi, batido de crema de yogur y mango, y kulfi, helado de pistacho.
La oferta gastronómica va más allá de lo mencionado y se ve completada con un menú degustación muy extenso, que es el que tuve la fortuna de disfrutar durante mi segunda visita. Bautizado Chetak express, este menú es un viaje del norte al sur de la India en el que se disfruta de experiencias únicas en cada estación.
Primera estación: Aperitivos. Keema samosa, empanadillas de masa crujiente rellenas de carne, jengibre, semillas de cilantro y más especias, y pakora, tempura vegetal al estilo indio en harina de garbanzos con especias y hierbas frescas. Ambos deliciosamente aromáticos y sabrosos, especiados en su justa medida.
Segunda estación: Tandoor. Murgh ka tikka, pechuga de pollo en trozos macerado en especias y asado en horno tandoori. Una absoluta delicia de la que, lamentablemente, no tengo foto alguna. Temí que mi marido lo hiciera desaparecer en el tiempo que tardara en desenfundar la máquina y retratarlo. Así que opté por no arriesgarme.
Tercera estación. Currys. Murghi ka tikka massala, curry de pollo con salsa cremosa de suaves especias y hierbas aromáticas y gosht ka rogan josh, un clasicazo entre los currys con salsa de tomate, hierbas y especias. Ambos currys van acompañados de malai paneer wala kofta, unas albondigas de patata en salsa de almendras que quitan el sentido, el clásico arroz pulau, basmati aromatizado con cardamomo, canela, anís estrellado y azafrán, y paneer naan, el exquisito pan indio relleno de crema de queso.
Por si todo lo anterior no fuera suficiente para llenar el estómago, el menú Chetak express finaliza su viaje con una cuarta estación y nos deleita con dos postres excepcionales. Kulfi, helado indio casero sabor pistacho, maravillosamente fresco y perfecto para rematar una copiosa comida, y gajar halwa, una rica y sorprendente versión hindú del pastel de zanahoria.
Para acompañar los postres, nada mejor que un café con el que equilibrar el exceso de azúcar. Enamorada me quedé de la taza en la que lo sirven y me faltó poco para pedir que me pusieran un par de ellas para llevar. Es que son una preciosidad y muy en la línea funcional e industrial de la decoración del local.
El servicio
Además de lo agradable que es el local, de lo atractiva que es su decoración, de lo completa que es la oferta gastronómica, etc. creo que el punto fuerte de Tandoori Station es la amabilidad y profesionalidad de su personal. El servicio es excepcional e impecable por parte de todos y cada uno de quienes trabajan allí. Muy de agradecer.
Por todo esto, Tandoori Station es un restaurante que merece la pena visitar. Si conocéis la cocina hindú, porque ofrece una cocina de lo más auténtico. Y si no la conocéis, porque no debéis esperar más a probarla y a abrir un poco más vuestros horizontes culinarios en este paraíso lleno de aromas y sabores exóticos.
Tandoori Station
Calle Ortega y Gasset, 89
28006 Madrid
Teléfono de reservas 914 012 228
Precio medio 25-35€
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