Tapas del tamaño de raciones: el bar de Triana que desde hace 30 años triunfa entre los sevillanos

Pocas ciudades tienen una cultura de tapas y de barra tan arraigada como Sevilla. De hecho, la capital hispalense es aún hoy un referente dentro de la cocina andaluza, habiendo convertido algunas de sus recetas más tradicionales, casi todas nacidas al albur de una barra, en santo y seña gastronómico.

Cómo no pensar en, por ejemplo, el solomillo al whisky, uno de sus tótems. Tampoco se deben perder de vista los clásicos garbanzos con espinacas, que huelen y cantan a Semana Santa, y que se estilan en prácticamente todos los bares de la ciudad.

No menos icónicas son las pavías de bacalao, otra de las grandes frituras de la cocina hispalense, que también tiene cuaresmales maneras, pero que se puede disfrutar todo el año.

Con una caña –o un vino– y una tapa, muchos sevillanos pueden resolver una comida perfectamente sin pasar por casa. Sin embargo, hay pocos bares donde, casi literalmente, la tapa alcance el tamaño de ración.

Opciones para tapear bien en Sevilla hay muchísimas. Desde Nervión hasta el Centro, pasando por Santa Cruz o por Alameda y, como es lógico, cruzando el río Guadalquivir y acercándose al barrio de Triana, una de las zonas con más encanto, solera –y bares– de Sevilla.

Es aquí donde vamos a encontrar uno de los bares con las tapas más enormes de toda Sevilla, tanto es así que la frontera entre tapa y ración parece difuminarse, no teniendo de por medio un río que las distinga.

Así nos plantamos en El Gordito de Triana, al que el nombre le viene al pelo. Abierto a mediados de los años noventa, este establecimiento lleva sentando cátedra desde la calle Manuel Arellano al compás de recetas tradicionales como albóndigas, magro con tomate, flamenquines pero, sobre todo, dándole candela a su pescaíto frito, gran abanderado del local.

Boquerones en adobo, pero también los boquerones al limón, llevan la voz cantante de unas frituras limpias, con harina fina, que también ven freír chocos y, si la temporada lo permite, dar salida también a las clásicas pijotas, así como a las acedías, otra de las grandes frituras del sur.

Imágenes | El Gordito de Triana

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