A sus 77 años, Tony Wheeler, fundador junto a su mujer Maureen de la editorial Lonely Planet, sigue pensando en cuál será su próximo destino. Durante nuestra conversación nos cuenta que el mes que viene se va con unos amigos a Gales, que está pensando en hacer el Camino de Santiago y que aún le queda por conocer Argelia, uno de los únicos 47 países del mundo que le quedan por visitar.
Los Wheeler fundaron la editorial de viajes más grande del mundo, que nació promocionando un tipo de turismo inmersivo e independiente que, con el tiempo, se hizo inmensamente popular. Para lo bueno y para lo malo.
Aunque los Wheeler vendieron Lonely Planet en 2007 a la BBC por más de 150 millones de euros, Wheeler sigue ejerciendo de portavoz honorífico de la empresa. Y, mientras charlamos en un céntrico hotel de Madrid, nada hace pensar que estamos hablando con un multimillonario, sino más bien con el mochilero de aspecto hippie que, en los años 70, viajó a Asia con su pareja y decidió contar en un libro como viajar por la zona sin dejarse una pasta.
Tu primer libro, Across Asia on the Cheap, se publicó en 1973, hace 50 años. Era otro mundo. ¿Cuáles son los mayores cambios que ha experimentado el turismo desde entonces? ¿Hay algo que permanezca igual?
Si emprendes un viaje en bicicleta, irás a la misma velocidad que hace 50 años
Mira, muchas cosas permanecen igual. Y otras han cambiado por completo. La forma de hacer las cosas ha cambiado por completo gracias a Internet y al wifi y a la obtención de información al instante. Cosas que antes llevaban días o semanas, ahora las hacemos en dos minutos. Es un cambio enorme. Pero, por otro lado, si quieres viajar, si quieres encontrar algo nuevo y por descubrir… Es parecido. Me gusta caminar. Nunca he hecho el Camino de Santiago. Esa es una de las grandes cosas que faltan en mi vida que nunca he hecho. Pero también me gusta montar en bicicleta. Y las bicicletas no van más rápido ahora que en 1972. Si emprendes un viaje en bicicleta, irás a la misma velocidad que hace 50 años. Así que, ya sabes, hay un montón de cosas que no han cambiado en absoluto. Y me gusta pensar que todavía, en cada viaje que hago, esto va a ser interesante, que voy a descubrir cosas nuevas.
Quizás cuando empezaste a viajar no había turistas por todas partes, como ahora.
Eso es verdad. En el primer viaje que hicimos recuerdo un gran choque cultural cuando salías de Europa y entrabas en Turquía. Había una sensación... Ahora Turquía es mucho más europea de lo que era, pero hace 50 años Turquía se sentía mucho más como Asia que como Europa. Pasaba parecido entre Afganistán y Pakistán. Te sentías como en dos mundos diferentes. En ese viaje, de Europa a Australia sólo hicimos un vuelo. El resto del camino fue en coche o autobuses o trenes o barcos. Pero volamos a través de Birmania porque no se podía viajar por tierra. Así que volamos de Calcuta a Bangkok. Y Calcuta y Bangkok eran como dos mundos diferentes. Calcuta era la India: abarrotada, ruidosa, confusa. Y luego Bangkok tenía aire acondicionado y las cosas funcionaban. Hubo un verdadero choque cultural. Y Bangkok parecía tener un montón de turistas. Las cosas que hacían los turistas, el tour en barco por el mercado y demás, todavía se hacen hoy en día. Pero comparado con ahora, no había turistas en absoluto. Si nos fijamos en las cifras creo que por aquel entonces Tailandia recibía 100.000 turistas al año. Y parecían muchos turistas. Ahora recibe 8 millones. Increíble.
Debido al trabajo de tu padre [gestor aeroportuario] has vivido en muchos países antes de dedicarte de adulto a viajar por todo el mundo. ¿Alguna vez ha echado de menos un cierto sedentarismo? ¿Algo llamado hogar?
No lo sé. Puedo ser bastante feliz viviendo solo con una maleta. No me importa. Me gustan los hoteles. Me parecen muy interesantes, diferentes. Sin embargo, si me pides que describa el hotel en el que me alojé la semana pasada a veces hago una fotografía de la habitación para intentar captarlo, porque no los recuerdo. Hay demasiados. Siempre es agradable volver a casa y aprecias más el hogar cuando has estado lejos de él.
Lonely Planet se ha convertido en la referencia de un tipo de turismo mochilero que ha sido muy criticado por ciertos sectores por acabar aportando poco dinero a los países. Supongo que no estarás de acuerdo en que es un tipo de turismo a evitar.
Lonely Planet ya no es solo de mochileros.
Sí, pero lo fue
Creo que los jóvenes aprenden más viajando solos que en la escuela o la universidad
Cuando empezamos tenía que explicar lo que era Lonely Planet y ahora digo Lonely Planet y dicen, “oh, sí, mis padres o mis abuelos solían usarlas”. Los tiempos han cambiado. Pero me gusta mucho ver viajar a los jóvenes. Creo que aprenden más viajando solos que en la escuela o la universidad. Viajar con tus padres nunca es viajar, porque la primera vez que tienes que ir y encontrar un hotel o un hostal tú mismo o encontrar un avión o un vuelo tú mismo, en lugar de cuando lo hicieron tus padres… Nunca has tenido esa experiencia. Ves las cosas de manera diferente. Creo que para los jóvenes es una importante introducción al mundo. El otro día estaba en un tren en Suiza hace diez días y paramos en una estación y miré por la ventana y había toda esa gente joven probablemente paseando todos con sus mochilas. Eso me gusta. Me gusta ver a gente joven con una mochila.
En las ciudades españolas, como ocurre en casi todos los países turísticos, tenemos un grave problema con los alquileres turísticos, que hace que suban lo que pagan los residentes y nos desplazan del centro de las ciudades. ¿Eres partidario de tener más control sobre plataformas como Airbnb? Aunque formen parte del negocio.
Creo que Airbnb es, como tantas cosas, bueno y malo. Hay lugares donde facilita las cosas. Estaba pensando en mi propia casa en Londres. Prefiero tener a alguien viviendo en la casa que la casa vacía. Ya sabes, un lugar vacío no es bueno. Así que lo mismo con Airbnb. Pero si hace subir los alquileres, si significa que la gente no puede encontrar un lugar para vivir porque todos los lugares son Airbnb, entonces eso es malo. Así que creo que los gobiernos, las autoridades municipales, tienen que tener algún control. Tienen que asegurarse de que haya un control sobre los alquileres turísticos.
Ocurre sobre todo en Barcelona, no tanto en Madrid, que el centro de la ciudad está lleno de turistas. Y entonces la experiencia de viaje no es tan buena, porque no puedes ver la ciudad real. Y puede que la ciudad real ya ni siquiera exista.
Venecia ya no es una ciudad real. Las cosas que hacían que fuera una ciudad simplemente ya no funcionan
Tal vez no. El ejemplo real de eso es Venecia. Miras cuál es la población de Venecia. Ha ido bajando y bajando y bajando. Y parte de eso tiene que ver con que los alquileres han subido debido a Airbnb, los hoteles y demás. Y la gente se ha ido. Venecia ya no es una ciudad real. Las cosas que hacían que fuera una ciudad simplemente ya no funcionan. Se ha convertido casi en Disneylandia. Barcelona y Madrid son ciudades de verdad. No son como Venecia. Pero creo que una de las cosas que debería hacer una guía es empujarte un poco a probar otra cosa. En España debería decirte que hay más cosas en España que Barcelona y Madrid. En Italia todo el mundo va a Venecia, todo el mundo va a Florencia. Pero hay mucho más. Hay muchos más lugares. Y creo que eso es algo que las guías tienen que hacer, empujar a la gente a otros lugares también.
El auge de las aerolíneas low cost ha hecho que haya más turistas que nunca. Pero tengo la impresión de que los países no son necesariamente más conocidos. Muchos españoles de mi generación han ido a Tailandia pero no conocen mucho España.
Sí, sí, tienes razón. Y creo que también tenemos la responsabilidad de explorar nuestro propio país. Yo vivo en Australia, y muchos australianos tan pronto como pueden empezar a viajar ¿qué quieren hacer? Quieren ir a Europa. Y preguntas, “Bueno, ¿has estado aquí o allí en Australia?” “No, tal vez, ya sabes, lo haré cuando sea viejo”. Conoces a mucha gente que conoce el resto del mundo más que su propio patio trasero, más que su propia casa. Y, sabes, tienes la responsabilidad de conocer tu propia casa también. Es preocupante, creo. Es un mundo grande. Nunca vamos a verlo todo. Vivo en Inglaterra parte del año. Nacía allí, pero no viví en Inglaterra hasta los 16, porque mi padre trabajaba en el extranjero. Así que no crecí en Inglaterra. Y todavía estoy descubriéndola. La semana que viene iré a East Ham, a Gales, donde he estado un par de veces. Pero realmente, está esta región de Gran Bretaña, que no he explorado mucho. Y, sí, es malo en cierto modo.
La gran crítica que siempre se hace a las guías de viaje y a Lonely Planet en concreto, porque es la más grande, es que una vez que recomienda un bar, restaurante o tienda, se llena de turistas. Ya ni van los locales ni los viajeros que no quieran estar rodeados de turistas. ¿Cómo puede evitar esto una guía de viajes?
Una de las cosas que aprendimos es a no decir nunca que este o ese es el mejor restaurante de una ciudad
Una de las cosas que aprendimos es a no decir nunca que este o ese es el mejor restaurante de una ciudad. Cometimos ese error y tratamos de no volver a cometerlo. Espero que no lo hayan vuelto a hacer. Puedes decir que este es un muy buen restaurante y ese es bueno y ese es bastante agradable. Y si te gusta este tipo de comida, ve allí. Pero nunca digas, “este es al que debes ir”. Porque todo el mundo va allí. Si sólo están allí por una noche, ese es en el que comen. Así que aprendimos a no ser demasiado entusiastas. Y, ya sabes, cambiar las cosas de vez en cuando. Es muy fácil tener cinco hoteles y cinco restaurantes, y la próxima edición son los mismos cinco hoteles y los mismos cinco restaurantes. Sabemos que en algunos lugares tenemos una gran influencia. En Madrid no. En Madrid hay tantas fuentes diferentes de información, tantas guías diferentes… Pero en algunos lugares, como, no sé, Vietnam, somos casi la única guía. Y hubo un tiempo en el que, si estabas en un restaurante en Vietnam, mirabas a tu alrededor y en la mesa de todos estaba lo mismo: la Lonely Planet. Sí, así es. Tenemos demasiada influencia.
El turismo no sólo afecta a la vida de una ciudad, también puede tener un enorme impacto medioambiental. ¿Existe el turismo sostenible? ¿Puede serlo si seguimos viajando tanto en avión, que es lo que más contamina?
Tenemos que viajar de otra manera. Tenemos que ir más despacio. Una de las cosas que más han aumentado durante la pandemia son los viajes a pie. Decía que nunca he hecho el Camino de Santiago. En los últimos 10, 20 años, en algo mucho más popular. Parte de la razón por la que se hizo más popular durante la pandemia fue que caminando estabas solo. A la gente le preocupaba estar en un autobús con todo el mundo o estar apretados. Ha sido una actividad que ha aumentado debido a la pandemia y que seguirá aumentando. La gente que antes no caminaba tanto habrá aprendido a disfrutarlo más. Y lo mismo con el ciclismo y las actividades al aire libre. Creo que las actividades al aire libre han aumentado definitivamente debido a la pandemia. Y eso es bueno.
Fundaste Lonely Planet con tu mujer, Maureen. En cierta medida, tu empresa forma parte de una historia de amor por los viajes, pero también entre vosotros. ¿Cómo ha configurado esto el futuro de vuestra editorial?
Así es. Siempre hemos sido nosotros dos. Tenemos peleas y discusiones. Pero de alguna manera hemos permanecido juntos más de 50 años. Es una locura. Es mucho tiempo. Mis dos hijos se han casado y divorciado. He ido a dos bodas de mi hija porque ahora se ha vuelto a casar. Mi hijo ha dicho que nunca volverá a casarse. Pero Maureen y yo hemos seguido casados. Es curioso, porque seguimos viajando juntos a veces, pero no tanto como antes. A mí me sigue gustando viajar como antes, y a ella no. No le gustan los aeropuertos. Hay muchas cosas que no le gustan. Así que no viajamos tanto juntos como solíamos hacerlo. Así que ahora viajo más solo.
¿Te gusta viajar solo? Hay mucha gente a la que le gusta, y gente a la que no le gusta nada.
Siempre digo que deberíamos mirar más por la ventanilla
Muchas veces ahora, si estoy solo, pienso ‘Oh, Dios, me alegro de que Maureen no esté conmigo. Porque ella diría, "¿Por qué no conseguiste un hotel más cerca de...?" "¿Por qué elegiste este restaurante?" "¿Por qué...?". Y por ti mismo, no tienes que discutir o pelear por ello en absoluto. Pero durante este año viajaré solo, viajaré con Maureen, y viajaré con amigos. Tengo un viaje en junio, a finales de este mes, a Gran Bretaña con diez amigos. Vamos a Gales, todos nosotros. Amigos que tengo desde hace mucho tiempo. Así que será divertido.
En defensa del viaje: Por qué seguiremos viajando y por qué lo haremos de otra manera (Varios)
Como sabe cualquiera que viaja mucho por trabajo, gran parte de la experiencia de viajar reside en el propio viaje. Y el viaje puede ser horrible a veces, porque viajar también es esperar en las estaciones y aeropuertos con retrasos y asientos incómodos. ¿Has aprendido a disfrutar también de estos momentos? ¿Cuál es tu pasatiempo en los tiempos muertos del viaje? Porque la mayoría de las veces es esperar, esperar y esperar.
El secreto de una buena guía de viajes es la gente, los redactores que la escriben
Sí. Es mucho tiempo esperando. Yo me pongo al día con los emails porque cada mañana me levanto y están todos estos emails. Y ¿Cuándo lo hago? Así aprovecho. Pero siempre hay algo que hacer. Siempre deberías tener un libro contigo que quieras leer, aunque algunos libros los llevo de un lado a otro durante meses y no consigo leerlos. Solía ver películas en los aviones y ya casi nunca lo hago. Siempre digo que deberíamos mirar más por la ventanilla. Siempre me sorprende lo que vemos cuando miramos por la ventana y miro alrededor del avión y nadie está mirando. Hay todo eso abajo y no hay nadie mirándolo. Mira, cuando estaba volando hacía aquí ayer y casi podía ver Bournemouth, donde nací, desde el avión.
Hoy en día muchos niños han volado desde muy pequeños y ya a poca gente le sorprende coger un avión. ¿Ha dejado de ser algo emocionante?
Sí, y es una pena, porque a mi me sigue pareciendo emocionante. El protector de pantalla de mi ordenador son las fotos que voy tomando en las ventanas de los aviones. Y lo miro a menudo, porque es increíble de ver.
A diferencia de otro tipo de libros, las guías de viaje se siguen comprando mucho en papel. Siguen siendo muy útiles. Pero Internet ha cambiado mucho la forma en que, por ejemplo, buscamos información sobre dónde comer o dónde dormir. En este sentido, ¿qué hace diferente a Lonely Planet?
En gran parte, creo, tiene que ver con lo buenos que sean sus escritores. Los redactores de Lonely Planet viven por todas partes. Muchos de ellos viven en España. España es muy popular entre los escritores de Lonely Planet. Pero también hay algunos que viven en Camboya. Uno de ellos estaba en el Líbano el año pasado cuando tuvo lugar la explosión. Su apartamento fue destruido. Tuvo mucha suerte de no morir. Ese es el secreto de una buena guía de viajes, la gente, los redactores que la escriben. Son gente interesante.
¿Sigues en contacto con los redactores desde que vendiste Lonely Planet? ¿Qué tal lo está haciendo la nueva dirección?
Hay muchos lugares que tengo que conocer aún
No soy dueño de nada, no tengo ningún cargo y no estoy conectado con la editorial de ninguna manera, pero si me dicen que venga a Madrid y hable con los periodistas, estoy feliz de hacerlo. La última oficina de Lonely Planet que visité estaba en Dublín. Tienen una oficina en Dublín, probablemente por razones fiscales. He estado en la oficina de Lonely Planet en China más de una vez. Y entré allí y era como cualquier oficina de Lonely Planet, ya fuera en Madrid, Dublín o Estados Unidos, pero estaba en Pekín y todos eran buena gente. Y todos habían venido porque sabían que yo iba a venir. Y todos me habían traído su libro favorito de Lonely Planet para que se lo firmara. La mayoría estaban en chino, pero algunos estaban en inglés porque no se habían traducido al chino. Y sabían lo suficiente para leerlo. Conocí a una persona, que no era de Lonely Planet, que dirige un negocio de viajes en China. Lo conocí en Shanghai y también en Australia. Me contó a que sus padres nunca viajaron a ninguna parte. No se les permitía salir de su ciudad. En cualquier ciudad que estuvieran en China, tenían que quedarse allí. A él no se le permitía viajar por China y mucho menos ir al extranjero. Y ahora ha viajado por todo el mundo y tiene un negocio dedicado a los viajes. Pero me contó que el primer lugar al que viajó fuera de China fue Nepal. Me contó que no había información al respecto, pero encontró la guía Lonely Planet de Nepal en inglés. Y aprendió inglés solo parea leer la guía. Fue bonito.
Leí en una entrevista reciente que ha estado en 147 de los 194 países del mundo. No sé si las cifras habrán cambiado ya, pero en cualquier caso, ¿hay algún lugar que no haya visitado y que le gustaría visitar?
Argelia. Nunca he estado. Y está tan cerca de España que estuve en Barcelona hace justo un año. ¿Tal vez hace dos años? Hace muy poco. Y estaba pensando “está solo a vuelo y medio”. Si hubiera tenido otra semana más podría haber ido a Argelia. Pero no lo hice. Tal vez este año.
¿Todavía te quedan ganas de viajar con 77 años?
Oh si, hay muchos lugares que tengo que conocer aún.
Imágenes | iStock/Freepik/Jumpstory
En DAP | Seis claves para comer de verdad como un local cuando estás de viaje (y dar con los mejores restaurantes)
En DAP | Viaje a la capital de Sicilia: cómo comerse Palermo en 48 horas