Turrón de borrego, edificios modernistas y alta burguesía: así es este peculiar pueblo de Barcelona

En este pueblo se prepara uno de los dulces navideños más peculiares de Cataluña

"Un palco en el Liceu y una torre en Cardedeu" era una de las frases más populares que se podían escuchar en este municipio del Vallés Oriental, a unos 35 kilómetros de Barcelona, a finales del siglo XIX.

Convertido en destino turístico de la alta burguesía barcelonesa decimonónica, Cardedeu experimentó un considerable boom demográfico a medida que se puso de moda a partir de la década de 1880.

Suficientemente cerca de Barcelona como para suponer una escapada, pero también lo bastante lejos como para descansar allí varios días —o todo un verano— Cardedeu evolucionó de un pequeño pueblo concentrado en la agricultura a ser la residencia veraniega de políticos, empresarios y de las clases altas barcelonesas una vez que se unió Cardedeu con Barcelona por vía férrea.

Por este motivo, numerosos potentados catalanes acabaron construyendo allí sus casas y palacetes, de ahí el 'una torre en Cardedeu' del dicho popular, multiplicando además los encantos de un pueblo que pronto se vería repleto de edificios modernistas.

Fundamental en el tránsito interior de Barcelona hacia Gerona y hacia Francia, Cardedeu había sido un lugar de paso trascendental en la Cataluña interior. Motivo también por el que fue varias veces incendiada y saqueada en distintas guerras.

Hoy la realidad de Cardedeu es muy distinta, convertida también en una pequeña ciudad a las afuertas de Barcelona, donde permaneciendo detalles de esa época pasada gloriosa, dotada de las élites barcelonesas, y que es una escapada de fin de semana perfecta en cualquier época del año.

De Cardedeu no se debería ir uno sin descubrir la Creu del Terme, puerta de entrada a la ciudad, ni tampoco sin entrar en la Iglesia de Santa María, que combina una estructura románica singular, pues el edificio es muy alto para los estándares de la época, con un interior entre barroco y neoclásico, muy posterior. También, si de elementos sacros hablamos, conviene acercarse a la ermita de Sant Hilari.

Museo Archivo Tomás Balvey

Tampoco conviene irse de Cardedeu sin ver el Museo Archivo Tomàs Balvey, un curioso museo de farmacia que reúne restos arqueológicos y oficios tradicionales, pero también una colección de tarros de farmacia del siglo XIX, recopilados por Tomàs Balvey a lo largo de toda su vida como miembro de esta familia dedicada a la farmacia.

También dotado de un patrimonio natural importante, Cardedeu es un buen lugar para practicar el senderismo por sus alrededores como sucede en la Sierra de Can Montells o en el Valle de La Coma.

Por último, con la Navidad mediante, conviene también prestar atención a la feria del turrón que cada diciembre se instala en el pueblo. Curiosamente, Cardedeu también tiene un dulce típico: el turrón de borrego, una preparación que comenzó a elaborarse en el siglo XIX y que no tiene los ingredientes tradicionales del turrón.

Lonely Planet Barcelona (Travel Guide)

En este caso se trata de un dulce que lleva harina, azúcar, mantequilla, huevos y anís, que le da un sabor muy similar a la ratafia —un licor típico— y que debe el nombre de borrego al color blanquecino, similar a la espuma y a la lana de los propios borregos, pudiendo encontrarse versiones duras y blandas.

Imágenes | Catalunya.com

En DAP |

Ver todos los comentarios en https://www.directoalpaladar.com

VER Comentarios

Portada de Directo al Paladar