Es uno de los destinos más ilustres del interior de Alicante y el hogar de uno de sus más impresionantes castillos

Cruce de caminos imprescindible en el corazón de la provincia de Alicante, Villena es un reducto de historia, arquitectura y gastronomía con el que atreverse en cualquier momento del año a refugiarse en el interior alicantino. Capital de la comarca del Alto Vinalopó, Villena es un territorio accesible para atreverse a venir desde este, oeste y sur sin complicaciones.

Apenas 50 kilómetros lo separan de la ciudad de Alicante y algunos más –alrededor de 100– desde Albacete y de Murcia. Coronado por el impresionante Castillo de la Atalaya, santo y seña de esta localidad, que además sirve como improvisado mirador desde el que se domina el casco histórico y buena parte de la comarca.

Famoso también por sus bodegas y por el conocido como Tesoro de Villena, esta población merece un hueco en las páginas de la orfebrería histórica española. Para ello debemos trasladarnos a la década de 1960, cuando se encuentra el llamado Tesorillo del Cabezo Redondo, un hallazgo en una cantera de yeso donde se encuentran varias piezas de joyería de la Edad de Bronce.

Sin embargo, más adelante aparecería el gran Tesoro, con la fortuna de que un albañil lo trasladase a uno de los joyeros del pueblo que, ante tal hallazgo, decidió consultar con el arqueólogo municipal.

En total, 66 piezas de orfebrería entre los que se incluyen vasijas, platos, brazaletes, frascos y collares que datan del siglo X antes de Cristo y donde se observan trabajos en ojo, plata, hierro y ámbar, siendo uno de los hallazgos más importantes de vajillas áureas de Europa, solo superado por el de las Tumbas Reales de Micenas, en Grecia. Este tesoro se puede ver en el Museo Arqueológico de Villena.

Además, Villena consolida este patrimonio histórico también con uno de los teatros más importantes de la Comunidad Valenciana. Patria chica del compositor Ruperto Chapí, Villena honraría a su hijo predilecto con la reconstrucción de un teatro que llevaría el nombre de uno de sus grandes embajadores.

Terminado de levantar en el año 1925 —aunque la obra implicó 11 años de trabajos— el Teatro Chapí combina detalles arquitectónicos del modernismo historicista con el que se empezó a construir con los detalles del clasicismo posterior. En la actualidad, además de una visita cultural de primer orden, también es el hogar de representaciones teatrales y musicales de lo más variopintas desde corales y música sacra hasta conciertos de pop, rock o musicales.

En una zona de imponente actividad vitícola, Villena es además un buen destino para los amantes del enoturismo, habiendo varias bodegas en sus alrededores que se pueden visitar como la Bodega Francisco Gómez, que elabora diferentes tipos de vinos tranquilos y también el mítico vino Fondillón, el gran referente de la vitivinicultura alicantina.

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