Cuando, los de la casa Plymouth Gin me invitaron a Inglaterra, para visitar su destilería pensé, - ¿que se me ha perdido a mí en una destilería, si lo único que sé sobre ginebra es que está rica con tónica? -. A los dos minutos recapacité y me dije - no seas tonta Juana, aprovecha el viaje, aprende algo nuevo y de paso conoces de primera mano algo del país y de su gastronomía -. Así que a los cuatro minutos ya había aceptado la invitación y a los seis, ya estaba pensando que echar en la maleta y que tiempo haría en Inglaterra.
Una de las primeras cosas que hice fue documentarme un poquito sobre las características de la ginebra que me habían invitado a conocer. Lo primero que descubro es que, la Gin Plymouth se fabrica desde 1793, aunque se tiene constancia documental de la existencia de la destilería desde 1697. No se trata de una simple marca comercial ya que es la única marca de ginebra que tiene denominación de origen.
Recibe su nombre del lugar en el que se fabrica. Plymouth es una población situada en el Suroeste de Inglaterra. Fue el puerto desde donde partió en 1620, hacia el nuevo mundo, el Mayflower con los primeros 102 colonos . De hecho la última noche que pasaron bajo techo inglés, lo hicieron en el dormitorio de un monasterio dominico, una gran sala de altos techos que hoy es un precioso bar, dentro de las instalaciones de la destilería.
Cómo se hace la ginebra
Nada más llegar a la estación de Plymouth nos trasladaron a la destilería, allí tuve la oportunidad de ver cómo funcionaban los enormes alambiques de cobre, que están funcionando desde los inicios de la empresa. Como importante detalle de esta ginebra comentar que se fabrica de forma totalmente artesanal, que su sabor esta dado por la combinación de todos los elementos que componen la antigua fórmula original, bayas de enebro, piel de limón, raíz de angélica, cardamomo, raíz de Florencia, semillas de cilantro y un par de cosas más tan importantes como el alcohol de cereales y el agua del parque nacional de Dartmoor.
Sean Harrison es el maestro destilador y el encargado de preservar de una forma totalmente fiel la calidad y el sabor de esta ginebra. El mismo viaja a los países de donde proceden los ingredientes, para seleccionar los de mayor calidad, en Yugoslavia e Italia localiza el enebro, las naranjas y los limones en España, en Italia la raíz de Florencia, la raíz de angélica en los Países Bajos, el cardamomo en la India y el cilantro en Rusia y Marruecos.
Nos explicaron que el proceso de destilación es muy rápido, se mezclan el alcohol y los ingredientes nombrados anteriormente, en la proporción que indica la antigua fórmula. El alcohol se somete a una fuente de calor, convirtiéndose en vapor para posteriormente ser condensado. Al líquido resultante de este proceso, ya se le puede llamar ginebra.
Después de asistir a una interesante cata de ginebras, donde nos enseñaron las diferencias olfativas y gustativas entre varias ginebras, donde pudimos apreciar las sutiles diferencias entre los sabores cítricos y florales y donde aprendimos a valorar la importancia de una correcta combinación de sabores, para lograr la redondez perfecta en paladar y en olfato, pasamos a una de las partes más divertidas de nuestra visita a la destilería, fabricamos nuestra propia ginebra.
En una sala con varios destiladoras de laboratorio y con un matraz en la mano, cada uno de nosotros íbamos seleccionando los ingredientes y las cantidades que considerábamos justas y necesarias para hacer nuestra propia y exclusiva ginebra. Aquí funcionamos un poco por intuición y un poco mirando al maestro Sean Harrison, que nos iba supervisando, comprobábamos si cuando cogíamos la cantidad de ingredientes que cada uno había seleccionado, el sonreía, arrugaba la nariz o abría mucho los ojos, en señal de aprobación, de desaprobación o de susto.
Al final de la mañana y después de pasar por el bar coctelería de la destilería y de probar algún que otro combinado y cóctel hecho con ginebra, salimos de allí, felices y contentos, un poco por los efluvios de la ginebra, otro poco por los cócteles que habíamos podido tomar y un mucho por la botellita de la exclusiva ginebra, que llevábamos en las manos.
Probando la gastronomía local
Por supuesto entre tanta actividad dedicada a la ginebra, también nos dio tiempo a probar algo de la gastronomía de Plymouth, después de interrogar a algunas de las personas que trabajaban en la destilería, y que nos acompañaron durante el viaje, pude descubrir que la gastronomía local es muy marinera y que como no es una población dedicada al turismo los locales están llenos de vecinos de la localidad y que por lo tanto las cartas las componen preparaciones típicas de la zona y al gusto de la gente de allí.
De todos los restaurantes que nos encontramos en la calle de la destilería, nos decidimos por uno pequeño llamado Platters Restaurant, con aspecto de antiguo, situado frente al puerto, con una decoración y una carta muy acorde con el ambiente del lugar. Después de dejarme aconsejar opte por unos mejillones y por una patata rellena de queso.
Los mejillones estaba cocinados de una manera muy simple, con un poco de cebolla y vino blanco, y por el color blanquecino de la salsa creo que también le habían añadido un chorrito de crema de leche en el último momento. La patata rellena de queso, consiste en una patata al horno, a la que se le han practicado dos corte, uno en sentido vertical y otro horizontal, para dejarla abierta y a la que en el último momento se le ha añadido gran cantidad de queso para que se funda. De esta misma patata se podía encontrar una versión más marinera con un relleno de langostinos. Normalmente suelen acompañar todos los platos con un exquisito y esponjoso pan de cereales y de unas tarrinas de mantequilla por si se quiere untar.
Pude fotografiar, e incluso probar, algunos de los platos que pidieron el resto de las personas de grupo. Unos clásicos fish and chips o lo que es lo mismo, un pescado rebozado y frito, con patatas fritas y esta vez acompañado de guisantes, también un plato de pescado asado acompañado de salsa tártara y de patatas fritas para acompañar, así como una ensalada de langostinos, con reminiscencias orientales.
En la siguiente entrega, explicaré alguna cosa sobre los platos que tuve la oportunidad de probar en una cena formal, compuesta por platos clásicos y sobre una visita al parque nacional de Dartmoor.
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