Un chinchonete de pro como es el actor José Sacristán siempre ha manifestado que "desde hace ya 60 años, bien en manojo o en ristra me siguen comprando los ajos" y no le falta razón a uno de nuestros grandes intérpretes, que ha paseado —y pasea— el nombre de Chinchón por medio mundo.
A apenas 60 kilómetros de la ciudad de Madrid, ubicado en la comarca de Las Vegas —nada que ver con la ciudad del juego—, Chinchón constituye una escapada perfecta para desconectar de la capital durante un fin de semana o, si el tiempo no nos lo permite, parar durante un día.
Presidido por una plaza mayor que ha captado la atención de miles de viajeros desde hace años, la realidad es que este pueblo de eminente carácter agrícola no presume solo de su plaza. Con un casco urbano cuajado de tesoros, incluida la Iglesia Ntra. Sra. De la Asunción —que oculta un cuadro de Goya en su interior—, el Monasterio de las Clarisas o el imponente Castillo de los Condes, esta población tranquila y apacible es un tesoro difícil de olvidar.
Ideal para foodies, pero no solo, pues aquí el comer y el beber son fundamentales, Chinchón goza con eventos culturales de la talla de La Pasión de Chinchón, clave del Sábado Santo chinchonero, y que cuenta con la declaración de Interés Turístico Nacional, sus Carnavales o su Mercado medieval —celebrado en febrero— son el acicate para escaparse en varios momentos del año.
También lo es su gastronomía, claro. Anís, aceite, ajo o, cómo no, vino, son las fraguas que han ido forjando el destino de este pueblo repleto de bodegas subterráneas, muchas de ellas hoy asadores y restaurantes, desde donde se da cuenta de sus sabores.
Bajo el aspecto de clásicos mesones castellanos, la oferta gastronómica de Chinchón se irradia desde la plaza mayor a costa de asados de cochinillo y de lechazo, de chuletas y también sus judías —de las huertas cercanas— o de las sopas de ajo, como no podía ser menos.
Madrid 7 (Guías de Ciudad Lonely Planet)
Locales como El Café del Pregonero o el Café de la Iberia son imprescindibles para hacerse una idea de lo que aquí se trasunta. Junto a ello, ya en las afueras del pueblo, un paseo al Castillo de Casasola o acercarse a la Laguna de San Juan constituyen otros focos de interés más allá de lo 'urbano' que redondean una experiencia accesible y asequible para cualquier momento del año.
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