Hace unos días estuve comiendo en la Taberna La Carmencita, un restaurante que renueva la tendencia de las tabernas castizas clásicas, en las que los platos tradicionales que vuelven a estar de moda, hacen las delicias de los que allí acuden. Este local, que lleva abierto desde primeros del mes de abril, ya ha conquistado a algunos críticos gastronómicos, por lo que tenía ganas de ir y juzgar por mí mismo.
Bueno, cuando digo que lleva abierto desde abril me refiero a su versión actual, porque este local ha sido una taberna o casa de comidas desde hace más de cien años. Aún se conserva la preciosa barra de zinc sobre un mueble de madera en la que tiran las cervezas y los azulejos de sus paredes son los originales. Incluso nos contaron que en el piso de arriba vivió García Lorca que solía bajar a esta taberna a tomar algo y charlar con su tertulia. Ahora os cuento cuál es su actual oferta gastronómica.
El ambiente y decoración
El local tiene una sala especial o reservado que se utiliza como comedor, que se ha creado aprovechando el espacio donde antaño vivían los dueños de la taberna y que resulta idóneo para comidas familiares o de empresa. La sala principal con paredes de azulejo policromado está amueblada con muebles clásicos de madera, algunos con las patas torneadas. Las mesas no llevan mantel y las sillas son también de madera, cómodas pero sin adornos, casi espartanas.
En la fachada no utilizan el clásico rojo granate que indicaba los lugares donde se servía vino en Madrid, sino que se ha pintado de azul oscuro, pero desde que se entra, se respira el sabor de las clásicas tabernas donde tomar un vino, una cerveza y una tapa de cocina casera. Esta sensación se acrecienta con la llegada de los platos servidos en una vajilla de porcelana cerámica con preciosas decoraciones. Cada plato es diferente y todos ellos encajan perfectamente con el tipo de comida.
La cocina de la Taberna La carmencita
El local lo dirige Carlos Zamora un cocinero que ya ha triunfado con sus locales en Cantabria y Valladolid y que lleva por bandera el uso de productos de calidad. Tanto es así que contrata a ganaderos tradicionales para que le procuren la carne, compra el pescado en la lonja de Santander y lo lleva a sus distintos locales para que siempre cuenten con el producto perfecto.
Quizás por eso sus "rabas" de calamar son tan ricas o se disfruta tanto de sus platos de pollo de granja y otros platos incluidos en la carta de papel en la que, además de la oferta gastronómica, cuentan la historia del local. En cuanto a la bebida, tomamos cerveza artesana de grifo y nos comentaron que sirven por copa hasta 75 vinos diferentes, algo poco usual.
Para probar su extensa carta, (quizás demasiado extensa ya que cuesta decidirse entre tanto plato) nos ofrecieron servirnos pequeñas raciones, como de un tercio de lo habitual para que así pudieramos probar más platos, lo cual me vino muy bien para comentarlos aquí ahora.
Os los enseño agrupados en aperitivos, platos de carne, platos de pescado y postres para una mejor organización. De paso, os recomiendo que os vayáis fijando en la preciosa vajilla en que sirven cada uno de ellos.
Aperitivos
Comenzamos con una tajada de roast beef, para seguir con dos platos fundamentales en este local. Las rabas de calamar al mejor estilo de Cantabria y las anchoas de "octavilla" procedentes de Santoña y de una calidad estupenda. Ni una espina y un punto perfecto de salazón. El último de los aperitivos que probé fue un queso de nata artesano de Cantabria, empanado y acompañado de miel de flores y miel de brezo.
Las carnes
Con el nombre de pollo del bueno, no pude resistirme a pedir su pollo de corral en pepitoria. El pollo era de gran calidad, y la receta, bastante conseguida, sin ser maravillosa. Más me gustó el cabrito que hacen guisado y que da gusto comer viendo cómo la carne se deshilacha y se separa del hueso de puro tierna. Una maravilla.
Los pescados
Me quedé encantado con el lenguado de San Pedro al que llaman San Martín en Cantabria. Lo probamos de dos formas, primero en unas deliciosas albóndigas en salsa verde acompañadas con una bola de risotto y después con una cocción mixta entre plancha y asado en el horno con una guarnición de patatas panadera y pimientos asados. Sin duda, fue el plato que más me gustó.
Los postres
Aquí es donde creo que el local tiene que mejorar para mantener el listón que sitúa bien alto con los platos de salado. Una tarta de queso con mermelada, que aunque estaba buena, resulta muy simple para sorprender, un arroz con leche bastante flojito, que mejora con una salsa de toffee salado que traen como acompañamiento o el Madrid-Santander cuyo brioche estaba algo seco me decepcionaron un poco.
Menos mal que los canutillos de chocolate estaban deliciosos y con hojaldre casero hecho en el local. Otra opción pedir el queso empanado con las dos mieles que probamos a la hora del aperitivo, porque estaba estupendo.
En resumen, un local muy interesante, con precios accesibles y que trabaja durante todo el día. Abre temprano y sirve desayunos, mantiene la cocina abierta a mediodía (no cierra), da también meriendas y culmina con cenas y recenas, con un horario canalla que mantiene el local abierto y con la cocina operativa hasta las 2 de la mañana.
Taberna la Carmencita
Calle Libertad 16 Tel reservas 915 31 09 11 Precio aproximado 25-30 euros
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