Esta es una de esas recetas que se cocina con poco, es muy fácil de hacer y lleva poco más de media hora en estar lista. Perfecta para momentos de apuro, cuando nos pilla el toro y no tenemos la comida lista. Entonces los jamoncitos o muslos de pollo al café llegan al rescate.
Además de todas estas bondades (que no son pocas), os contamos que están deliciosos. La salsa que se genera con el caldo, la cebolla pochada y el café es sabrosísima. Los jamoncitos de pollo se cocinan en ella y quedan muy jugosos, así que preparaos para gozar cuando los hagáis. Y tened pan, mucho pan para acompañarlos.
Lavamos y secamos bien los muslos de pollo con papel absorbente. Salpimentamos y pasamos por un plato con harina de trigo, rebozando ligeramente por todos lados. Calentamos un poco de aceite de oliva virgen extra en una sartén y freímos los muslos, volteando para que se doren de forma homogénea.
Pelamos la cebolla y cortamos en juliana, es decir en tiras finas. Añadimos a la sartén y pochamos a fuego suave durante 15 minutos. Si tapamos la sartén agilizaremos el proceso. Cuando la cebolla empiece a tomar color añadimos el caldo y cocemos a fuego medio-alto durante 10 minutos.
En el momento en el que el caldo se evapore y pollo empiece a agarrarse ligeramente al fondo de la sartén añadimos el café. Mezclamos bien y damos un último hervor al guiso de cinco minutos antes de retirar y servir.
Con qué acompañar los jamoncitos de pollo al café
A nosotros siempre nos tira acompañar los jamoncitos o muslos de pollo al café con arroz blanco y con la salsa a parte, para que cada uno se sirva al gusto. Pero lo cierto es que un puré de patatas casero, unas verduras al vapor o al horno, una ensalada variada, unas patatas fritas o asadas son también buenas guarniciones. Y, por supuesto, pan. Si sois salseros, lo vais a necesitar.