Hay recetas muy sencillas, pero repletas de sabor que, una vez se prueban, quedan incorporadas a nuestros recetarios instantáneamente. Este es el caso del pollo con salsa de piña y soja al curry, un plato cargado de matices que nos ha conquistado, tanto como el mítico pollo a la Coca-Cola.
Esta es una receta nacida de la imaginación y las ganas de crear un plato nuevo. Sabíamos que esta combinación de ingredientes tenía que funcionar, pero no imaginábamos hasta qué punto. El equilibrio es perfecto.
El pollo queda jugosísimo y la salsa en la que se cuece es la responsable. Si no tenéis piña, la podéis sustituir por mango o melocotón en almíbar. Si no tenéis ron, probad a usar brandy. Como véis se puede adaptar a los ingredientes que tengamos a mano, lo que resulta muy cómodo.
Salpimentamos el pollo por todas sus caras y lo marcamos en una sartén o cazuela con un poco de aceite de oliva, dejando que la parte de la piel se tueste ligeramente. Retiramos y reservamos.
Añadimos un poco más de aceite a la sartén o cazuela donde se ha marcado el pollo y pochamos la cebolla, picada finamente. Cuando esté tierna agregamos la piña cortada y sofreímos un par de minutos.
A continuación añadimos el curry molido, la harina de maíz y removemos para incorporar y cocer ligeramente. Después de un par de minutos regamos con el zumo de medio limón, el ron, la salsa de soja y el agua.
Cuando la salsa haya espesado devolvemos el pollo a la sartén, con la piel hacia arriba. Tapamos y cocemos a fuego suave durante 30 minutos o hasta que esté bien cocido. Servimos con una guarnición de arroz cocido y decorado con unas hojas de perejil fresco.
Con qué acompañar el pollo con salsa de piña y soja al curry
A nosotros nos encanta el pollo con salsa de piña y soja al curry con una guarnición de arroz blanco que recoja sus jugos, aunque un buen puré de patatas o unas verduras a la plancha son también un acierto.
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