Cómo elegir los mejores melocotones de la frutería: el truco del tallo

No hace falta ir manoseándolos en la frutería para dar con ese melocotón perfecto, dulce y jugoso

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Quienes adoramos las frutas de hueso veraniegas tenemos en el melocotón una joya que nos regala algunos de los mejores ya incluso avanzado el otoño. Pero no hay nada más decepcionante que morder un prometedor ejemplar y que sea como masticar gomaespuma. Elegir los mejores melocotones del mercado es un reto que a menudo nos lleva a ir olisqueando cual sabueso la sección de frutería, algo que no siempre funciona igual de bien. Hay un truco que nos puede ayudar a llegar triunfantes a casa con el botín.

Un buen melocotón de calidad, desarrollado como debe ser y recolectado en su momento óptimo, con una adecuada poscosecha breve, emitirá una fragancia intensa, dulce, seductora. El problema es que a veces no nos queda otra que comprar fruta que va envasada en plástico -por muy reciclado y reciclable que sea, plástico es- o quizá nos ha pillado uno de esos catarrazos típicos de estas fechas. Si el olfato falla, la vista sale al rescate.

El agricultor local de confianza de la redactora Mackenzie Filson, de Florida, cuya producción de melocotones es célebre por su calidad, compartió con ella una pista muy sencilla: fijarse en el tallo.

En realidad la clave no está tanto en el tallo, denominado más técnicamente pedicelo, sino más en el contorno que lo rodea. Según este productor, si vemos un ligero círculo verdoso, mala señal, pues indica que el melocotón ha sido recolectado demasiado pronto.

Eso no quiere decir que el melocotón esté perdido para siempre, pues es una fruta climatérica como los aguacates y las manzanas. Seguirá madurando durante los próximos días, concentrando sus azúcares y desarrollando ese dulzor natural, perdiendo la dureza crujiente de la fruta más verde. No estará tan sabroso y jugoso como el fruto recolectado en su punto perfecto, pero podemos dejarlo madurar en la despensa.

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De esta manera no tienes que ir agarrando y apretujando cada melocotón -por favor, no espachurremos la fruta y la verdura en los comercios-, ni hace falta someter a un examen olfativo preciso a cada fruto. No es tampoco necesario quitar ese pedicelo para comprobar si hay marca verde; si el propio tallo se ve muy verdoso, entonces casi seguro que a ese melocotón le falta madurar, y es fácil ver el color que tiene la fruta en la zona que lo rodea.

Como sucede con los aguacates y tomates, es preferible, de hecho, no retirar el tallo de la fruta salvo que te la vayas a comer ya, pues al quitarlo abrimos la puerta a insectos y microorganismos, exponiendo al melocotón a que se estropee mucho antes de lo deseado.

Imágenes | Unsplash/Wren Meinberg - Bon Vivant

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