Últimamente las bodegas se asocian a los nombres de prestigiosos arquitectos a través del diseño arquitectónico que realizan para las bodegas. Tenemos un claro ejemplo con la espectacular obra de Gehry con la ciudad del vino, quizás esta obra es la que más ha trascendido pero son muchas las bodegas que han sido diseñadas por prestigiosos arquitectos que nos dejan asombrados, no sólo en el mundo enológico, también en el del aceite.
Los vinos, sobre todo si son de calidad, seducen a los consumidores a través de los sentidos, ahora además es necesaria una estructura que guarde estos preciados tesoros y qué mejor que la obra de un gran diseñador.
La publicidad generada es enorme aunque también suele serlo la inversión, retomamos nuevamente el ejemplo de las Bodegas Marqués de Riscal, su Ciudad del Vino ha conseguido internacionalizarse gracias a una inversión multimillonaria, serán también posibles unas ganancias extraordinarias.
Sin duda, esta forma de actuar es una apuesta por darle al mundo enológico un mayor dinamismo, proporcionando un auge impensable hasta no hace mucho de los vinos españoles.
Los arquitectos visten a las bodegas y éstas visten a sus vinos, nosotros desvestimos las entrañas de las bodegas y de los vinos, adentrándonos en un increíble mundo enológico cargado de placeres para nuestros sentidos y es que, el mundo enológico está muy de moda en todo el mundo.
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