Es raro encontrar una valoración de la OCU en la que no haya al menos un producto que recomiende. La Organización de Consumidores y Usuarios suele realizar con frecuencia comparativas, generalmente de productos de fácil acceso y cotidianos, en las que valora propiedades nutricionales y perfiles organolépticos.
Algo que hemos visto que han hecho con leches de supermercado, con roscones, con panettones y con un sinfín de productos donde, por regla general, siempre acaban encontrando la Compra Maestra —un producto con buena relación calidad precio— o el mejor de la categoría.
Sin embargo, en uno de sus últimos informes, tras analizar 63 referencias distintas, la OCU finalmente se decantó por no recomendar ni uno solo de los productos analizados. Es cierto que esta valoración tiene cierta letra pequeña, pues se trata de un producto de consumo muy puntual con una gran cantidad de grasas saturadas.
Sin embargo, no es lo único que puntualizaba la OCU en su informe, sino también en cómo ha cambiado este producto a lo largo del tiempo y en el cual es cada vez más frecuente que se nos dé gato por liebre.
Hablamos, ni más ni menos, que de la mantequilla. Fundamental en repostería y cocina, pero también más que común en miles de desayunos de nuestro país, la mantequilla ha sido un ingrediente primordial como referente calórico y energético para muchas generaciones.
Sin embargo, en un siglo XXI donde tenemos generalmente cubiertas las necesidades energéticas, la mantequilla puede no ser un elemento tan necesario. No solo por las grasas, sino porque son mayoritariamente saturadas, recomendando la OCU que en el desayuno demos prioridad al aceite de oliva para las tostadas frente a la mantequilla.
Esa es la conclusión a la que ha llegado la OCU tras analizar 63 mantequillas distintas, entre con sal, sin sal y light. Además, también especifican en su comparativa que tengamos precaución al ver los distintos tipos de mantequilla, ya que hay algunas categorías diferentes, considerándose sólo mantequilla la que tiene al menos un 80% de materia grasa. Por debajo estarían calificaciones como mantequilla tres cuartos, semimantequilla o las mantequillas ligeras o light.
De esta manera, tras esa comparativa de 63 referencias, la OCU recuerda que se trata de productos ricos en grasas saturadas y algunos también en sal, por lo que el Nutriscore es severo con esta categoría donde todas las mantequillas están entre la D y la E (los rangos más bajos de este sistema de calificación nutricional).
Además, se podría pensar que las alternativas light o ligeras se librarían. No obstante, la OCU aclara que "pese a llevar menos grasas, su calidad nutricional en global es similar a la de las mantequillas tradicionales (incorporan colorantes y otros aditivos, espesantes y emulsionantes, que ayudan a mantener la textura del producto)".
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Por eso, el dictamen final es que no recomiendan ninguna mantequilla, sólo encontrando una como elección aceptable (la mantequilla Unicla), mientras que todas las demás se consideran malas elecciones.
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