Esta semana, los aspirantes a MasterChef cocinaron ante Martín Berasategui sin mostrar grandes avances en su formación culinaria. Pese a todo, el programa número diez de esta edición del concurso, tuvo un final sorprendente tras la prueba de eliminación.
Si hasta ahora no habíamos visto mucho nivel de cocina en esta edición de MasterChef, esta semana hemos continuado con más de lo mismo. Quizás fue porque los nervios de los aspirantes se han incrementado como consecuencia de la lucha por la inmunidad para el que consiguiera el delantal dorado y por la posibilidad de que el plato ganador de la primera prueba se incorporase a la carta del Restaurante MasterChef o quizás fuera por la proximidad del final del concurso.
En la primera prueba los aspirantes tuvieron que elaborar un plato libre con carne, en 60 minutos, utilizando las técnicas que deberían haber aprendido en estos dos meses y medio de formación. El asesor elegido para ayudarles a tratar bien la carne fue Pepe Chuletón, experto carnicero proveniente de Calahorra (La Rioja), que les dio algunos buenos consejos para cocinar este producto.
Con carácter previo se les enseñó una vitrina con diferentes piezas de carne, fiambres y casquería. Viendo las dificultades que tuvieron para identificar los distintos cortes, no cabía esperar que después hicieran grandes elaboraciones. La peor en la tarea de identificar las distintas carnes fue Samira que obtuvo automáticamente el delantal negro pasando directamente a la prueba de eliminación.
En cuanto a las recetas que hicieron con la carne, vimos atrocidades como unas chuletas de cordero crudas con salsa de plátano y vino tinto, que los jueces calificaron de marranada, dos elaboraciones de carré de cordero, y platos sin mucho interés como un plato de secreto ibérico con salsa, una elaboración con magret de pato que quedó algo seca, o una barbacoa casera de pluma y secreto ibérico.
La ganadora del delantal dorado y cuyo plato pasará a ser parte de la carta del Restaurante MasterChef fue Teresa con un carré de cordero con guarnición de verduras bautizado como Carré d'Or. Además fue la encargada de formar los tres integrantes de cada equipo para la siguiente prueba y qué platos tendría que hacer cada equipo de los propuestos por el jurado.
Prueba de exteriores en Zamora
A continuación, para la prueba de exteriores, las cocinas de MasterChef se trasladaron a los jardines de la catedral de Zamora, ciudad que ostenta el título de Capital Europea del Románico. Los aspirantes tuvieron que cocinar un menú por equipos, capitaneados por Teresa, la ganadora de la prueba de las carnes, para 60 ganaderos y agricultores de la zona.
Los platos que tenían que elaborar eran sesos de lechazo con hummus de manzana asada, un steak tartar de ternera de Aliste, acompañado de patatas suffle, un plato de bacalao a baja temperatura y de postre nectarina al vino de Toro con helado de queso zamorano, que prepararon con productos típicos de Zamora avalados por Tierra de Sabor. El jurado valoró el trabajo de cada aspirante de manera individual.
Durante la prueba de exteriores, el cocinado de los equipos estuvo supervisado por los chefs Pedro Mario Pérez y Óscar Pérez, hermanos y dueños del restaurante El Ermitaño, el único restaurante con estrella Michelin de esta provincia, un establecimiento con 30 años de antigüedad.
Pese a los nervios y la tensión de los aspirantes, -a veces alentada por los propios miembros del jurado-, los 4 platos salieron bastante bien, aunque en el postre faltaba potencia en el almíbar de vino. Los participantes que pasaron a la prueba de eliminación fueron todos menos Carlos. Todos ellos se unieron a Samira que había obtenido el delantal negro al principio del programa. Además Teresa -que tenía el delantal dorado y era inmune- pidió ir también a la prueba de eliminación dado que su labor de capitana no había sido idónea.
La prueba de eliminación
Martín Berasategui, el cocinero español con más estrellas Michelin con diez en su poder, fue el chef elegido para actuar como testigo de la prueba de eliminación. Con su cariño y carisma, los aspirantes recibieron al gran cocinero de Lasarte con mucha emoción.
El formato para esta prueba de eliminación era el de duelos por parejas entre los que tenían delantales negros. La primera fue Teresa que eligió una campana y, tras descubrir el plato que tendía que cocinar, -ensalada de bogavante - escogió a Aitana para competir contra ella. La que ganase estaría salvada y subiría a la galería y la que perdiese, tendría que enfrentarse al siguiente duelo y escoger nuevo contrincante y otra campana.
Como es habitual, Martín Berasategui fue generoso y cariñoso al valorar a los concursantes que se mostraban felices de escuchar las palabras del cocinero del "garrote". Tras las distintas eliminaciones, Samira y Valentín se enfrentaban pero ninguno de ellos fue eliminado ya que sus platos de vieiras fueron prácticamente perfectos. En las próximas semanas, sabremos quiénes pasan a las semifinales.