Ante las neveras del supermercado uno se detiene en las carnes y siempre suena mejor la opción de carne extratierna y jugosa que aquella que se llama simplemente carne. Esto es así.
La carne extratierna, que se promociona así en muchos supermercados, está siendo ahora mismo cuestionada por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) debido a un detalle importante: contiene agua añadida.
Según la organización, el agua añadida se usa para hacer que la carne parezca más tierna y jugosa, mejorando su textura. Sin embargo, según la OCU, esto puede ser engañoso, ya que el peso del agua se suma al peso total del producto, aumentando su precio sin aportar verdadero valor nutritivo.
Para muchos, la carne extratierna se vuelve menos atractiva al saber que una parte de lo que están pagando no es realmente carne y que además es un agua que saldrá en el momento de cocinarla, haciendo que quede como hervida.
Agua a precio de carne
Para más inri, el consumidor está pagando agua a precio de carne. Revisando precios entre piezas con y sin agua añadida de la misma marca, observamos que la mayoría de los productos con agua añadida son, a igualdad de porcentaje de carne, más caros, hasta el 35% en algunos casos.
La OCU toma como ejemplo unos filetes de pechuga de pollo marinada de Hacendado con un 24% de agua que se venden a 7,40 euros el kilo. En el mismo lineal, se encuentran los filetes de pechuga de pollo (carne fresca sin aditivos) a un precio de 8,35 euros el kilo, ligeramente superior al anterior.
Comparando el precio de la carne en su porcentaje declarado, se constata que la pechuga de pollo marinada, que declara que lleva solo un 72% de carne, se estaría pagando a 10,27 euros el kilo. “Es decir, al final esta carne marinada sale un 23% más cara que la fresca”, destaca.
Además, esta práctica puede hacer que el consumidor piense que está adquiriendo un producto de alta calidad, cuando en realidad no lo es. La OCU remarca que la carne extratierna debería ser naturalmente tierna sin necesidad de añadidos, y considera que el etiquetado debería ser más claro para que los consumidores sepan lo que están comprando.
La OCU considera que estos preparados de carne deberían comercializarse separados de la carne fresca (sin aditivos), indicando además en el frontal del envase que es un “Producto con agua añadida”.
“Al examinar este tipo de productos, vemos que el agua no es el único ingrediente extra. Algo lógico, ya que el agua añadida se debe retener dentro del alimento de alguna manera y la mayoría de estos ingredientes ejercen esa función”, explica la organización.
Esto hace que estas carnes sean en realidad preparados de carne. La presencia de sal es muy habitual; además de potenciar el sabor, ayuda a conservar el alimento y a retener agua. “También se emplean azúcar (o jarabe de glucosa) y fibra vegetal como ayuda para retener agua. En las preparaciones marinadas y adobadas también se suelen utilizar especias”, dice la OCU.
Foto | Matheus Alves
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