Los principales problemas de salud pública mundial a los que se enfrenta la humanidad comienzan en los primeros años de vida. El sobrepeso y la obesidad en la infancia y adolescencia son un grave problema cada vez más extendido que tiene consecuencias adversas a lo largo de la vida adulta, y las cifras de prevalencia no solo no están disminuyendo, sino que aumentan cada vez más.
Son las conclusiones del trabajo Global Prevalence of Overweight and Obesity in Children and Adolescents ('Prevalencia mundial del sobrepeso y la obesidad en niños y adolescentes'), elaborado por un equipo de científicos e investigadores chinos y publicado recientemente en la revista médica JAMA Pediatrics. El trabajo, una completa revisión sistemática y metaanálisis, alerta de que 1 de cada 5 niños en el mundo tiene obesidad.
Con el objetivo de estimar la prevalencia mundial de sobrepeso y obesidad de la población más joven entre los años 2000 y 2023 y evaluar los posibles factores de riesgo y comorbilidades de la obesidad, los autores describen con numerosos datos las particularidades de casi 200 países, pudiendo extraer conclusiones globales. Para ello, se analizaron 2.033 estudios de 154 países o regiones diferentes en los que participaron 45.890.555 individuos, todos menores de 18 años en 2023.
Los resultados muestran una prevalencia global de la obesidad en niños y adolescentes del 8,5%, con grandes disparidades entre regiones concretas, siendo la más baja la de la República Vanuatu (archipiélago del Pacífico), con apenas un 0,4%, y la más alta la de Puerto Rico, con un 28,4%. En general, los países más desarrollados occidentales evidencian las tasas más altas de obesidad infantil, siendo notable el contraste entre Japón, con apenas un 3,9%, y Estados Unidos, cuyas cifras de obesidad infantil se disparan al 18,6%.
Los autores resaltan la evidente mayor prevalencia de obesidad entre niños y adolescentes en países con puntuaciones del Índice de Desarrollo Humano iguales o superiores a 0,8 -la más alta- y en países o regiones de ingresos medios altos. Además, en comparación con datos obtenidos entre los años 2000 y 2011, se observa un aumento de 1,5 veces en la prevalencia de la obesidad entre 2012 y 2023.
Según las conclusiones del estudio, 1 de cada 5 niños o adolescentes tiene exceso de peso en todo el mundo, aumentando poco a poco también en los países de menos ingresos. Además, el trabajo analiza los posibles factores de riesgo de esa obesidad infantil, destacando los siguientes:
- Edad.
- Sexo.
- Tipo de escuela o centro educativo.
- Obesidad materna.
- Desayuno.
- Número de comidas al día.
- Horas de ocio pasivo al día (televisión, ordenador, videojuegos...).
- Tabaquismo materno durante el embarazo.
- Peso de nacimiento.
- La práctica de ejercicio regular
- Duración del sueño y descanso.
El tipo de dieta mayoritaria en cada región también evidencia la relación entre los hábitos alimentarios y el exceso de peso en niños y jóvenes, siendo más altas las cifras en aquellos países donde abundan el consumo de alimentos procesados, grasas no saludables, azúcares añadidos y carbohidratos refinados de baja calidad nutricional, con déficit de vegetales, cereales integrales y legumbres.
En opinión de los investigadores, estos datos no hacen más que alertar del grave problema al que se enfrenta la población mundial y que exige una intervención inmediata, pues es un problema de raíces complejas y multifactoriales que requiere la colaboración de autoridades, organismos y de la sociedad en su conjunto.
Así, concluyen los autores que “El exceso de peso entre niños y adolescentes está asociado a una mezcla de influencias inherentes, conductuales, ambientales y socioculturales que requieren la atención y la intervención comprometida de los profesionales de atención primaria, los clínicos, las autoridades sanitarias y el público en general”.
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