La joven Beth Mcintosh fue a comer una hamburguesa con queso el pasado miércoles a un McDonald's en las afueras de Exeter, en Devon, Inglaterra. A los pocos minutos después de terminar, empezó a sentirse muy mal, se puso roja, se le hinchó la garganta y sentía que no podía respirar: había entrado en shock anafiláctico.
Mcintosh sufre una alergia severa a los cacahuetes, una de las alergias alimentarias más graves que en pocos minutos pueden causar la muerte si no se actúa rápidamente. Gracias a que, consciente de su condición, siempre lleva un EpiPen con ella y a que la ambulancia llegó muy rápido, pudo recuperarse en el hospital, aunque llegó incluso a sufrir una reacción secundaria estando ya ingresada.
La hamburguesa o cheeseburger que comió aquel día lleva carne de ternera, lonchas de queso cheddar, kétchup, rodajas de pepinillos, cebolla y mostaza, por lo que todo apunta a que la reacción alérgica se produjo por la mostaza. Esta salsa o condimento, de hecho, lleva semanas en el punto de mira de la Food Standars Agency (FSA), la agencia responsable de la seguridad e higiene alimentaria en Reino Unido.
Tras publicarse varias alertas vinculadas a la contaminación con alérgenos de mostazas procedentes de la India, que ha afectado a diversos productos comercializados en territorio británico, la FSA recomienda a todas las personas alérgicas a los cacahuetes evitar consumir cualquier alimento con mostaza en cualquiera de sus formas (semillas, molidas, en polvo o harina). Actualmente está en proceso una investigación para detectar la fuente de contaminación y todos los productos afectados.
McDonald's, sin embargo, afirma que la mostaza que utilizan es segura. Según un portavoz de la compañía, ni la mostaza ni sus productos se han visto afectados por una posible contaminación con cacahuete. "Sin embargo, aunque estamos seguros de que nuestra mostaza no se ha visto afectada, no podemos garantizar completamente que ningún artículo de nuestro restaurante esté completamente libre de alérgenos", advierten.
Pero Mcintosh considera que los productos de McDonald's suponen un riesgo para las personas con alergias, pues no han emitido ningún aviso específico sobre la posible presencia de trazas de alérgenos, ni tampoco preguntan al cliente si tiene alguna alergia o intolerancia al hacer su pedido. En su opinión, esto puede tener graves consecuencias; "Todo lo que se necesita es que alguien no tenga un EpiPen encima", ha denunciado en sus redes sociales.
La joven ha querido advertir así a todas las personas con alergias que extremen las precauciones al comer en McDonald's. "Ha sido una experiencia aterradora", confiesa. "No pensé en el futuro y pensé que iba a perder la vida".
Imágenes | Beth Mcintosh