Las ensaladillas precocinadas son un comodísimo plato para ahorrarnos pelar, cortar y hervir un montón de hortalizas. Su ahorro de tiempo es máximo y su sabor, en algunos casos (no siempre) está bastante logrado.
Además, el consumo de platos preparados de supermercado está sustituyendo poco a poco al del tradicional tupper que se trae a la oficina. Básicamente por comodidad, pero también por precio: no es difícil encontrarlos en el lineal de refrigerados por menos de tres euros. La cuestión es si desde un punto de vista nutricional resultan una comida completa y saludable.
Para averiguarlo las bondades de las ensaladillas precocinadas, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado ocho ensaladillas adquiridas en la sección de platos preparados refrigerados de varias cadenas de supermercados, y las conclusiones son de lo más tajante.
Una de las grandes conclusiones es que este tradicional plato de tapeo de fin de semana tiene además una cara B especialmente delicada para los consumidores hipertensos, que encuetran en las propiedades de este plato una desagradable noticia.
Según lo ha puesto de manifiesto la OCU, una ración de ensaladilla de supermercado aporta el 62% de sal de la cantidad diaria recomendada, por lo que es un procesado con el que deben ir con mucho cuidado.
Más en detalle, el análisis revela un exceso común a todas las ensaladillas, como es la sal, que suma 1,15 g/100g de media, que en una ración de 250 gramos supone este 62%.
Demasiados aditivos
La ensaladilla también es rica en aditivos: con seis de estos de media en las ensaladillas procesadas, incluso algunos de estos, como el benzoato sódico, desaconsejable por sus reacciones de hipersensibilidad y alergias.
Por otro lado, el exceso de mayonesa es igualmente habitual, lo que se traduce en una cantidad elevada de grasa y gran aporte calórico: el 67% de la cantidad diaria recomendada, de manera que ese pequeño plato que parece inofensivo está agotando gran parte del margen nutricional diario que tenemos disponible.
Así, pese a que las ensaladillas se preparan básicamente con vegetales como la patata, la zanahoria y los guisantes, llevan mucha mayonesa, lo que se traduce en un aporte graso de 15,5 g/100g, que para una ración de 250 gramos supone este 67% en una dieta de 2.000 calorías.
Las mejores y peores
Se aprecian grandes diferencias en las valoraciones de degustación: frente a productos muy buenos, otros resultan decepcionantes, como las ensaladillas de La Cocina To Go (Aldi) y Chef Select Lidl.
La primera, de Aldi, por tener una textura tipo mousse o gelatina, que no es lo esperado en una ensaladilla; la de Lidl, por tener una textura muy líquida y desligada, con patata dura.
En el otro extremo, la mejor de todas es la Ensaladilla rusa Hacendado, de Mercadona, con 72 puntos y un precio de 7,20 euros el kilo, seguida de la Ensaladilla rusa con atún de Ensalandia, de El Corte Inglés, a 7,33 euros con 67 puntos, y en tercera posición, con 62 puntos, la Ensaladilla rusa con un 10% de atún de Carrefour, a 7,20 euros.
Ahora bien, aun priorizando las mejores ensaladillas del análisis, OCU recuerda que deberían consumirse solo de vez en cuando, sobre todo por alto contenido en grasas y en sal, peligroso para personas hipertensas.
De hecho, cuando se incluyan en la dieta diaria, el resto de las comidas deberán comprender alimentos y elaboraciones poco grasas y ricas en proteínas, como un pescado o carne magra o unos huevos. Por cierto, una vez abierto el envase de ensaladilla, los restos no deberían guardarse en el refrigerador más de un par de días.
Frente a estas conclusiones, la OCU pide a los fabricantes que reformulen la composición para hacer un producto más sano y equilibrado, reduciendo, especialmente, el porcentaje de sal y aditivos; y eliminando, en concreto, la presencia de benzoato sódico.
Foto | Timolia/Freepik
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