Algo más de un millón de reproducciones lleva un vídeo publicado en TikTok por Sophie Bokelmann, una agente inmobiliaria en la ciudad canadiense de Toronto, que literalmente flipó al ver que le cobraron 25 dólares por una lata de atún en conserva y unas patatas fritas de bolsa, o sea, las clásicas chips.
Al cambio, 25 dólares canadienses son unos 17 euros, aunque Bokelmann, que en circunstancias normales no se dedica a TikTok ni a ser influencer. De hecho, su cuenta en esta red social de vídeos cortos da fe de que no es asidua a ella.
No obstante, pareció 'obligada' a tener que hacer el resumen de aquella jugada que, según varias personas que comentan la publicación, se produjo en un bar español ubicado en el centro de Toronto y que se conoce como Bar Raval, aunque no se ha podido demostrar la veracidad de la hipótesis.
Lo que sí es cierto es que, si nos vamos a sus fotos, Bokelmann puede tener algo de razón. No obstante, quizá lo más curioso es ver que la influencer pone, especialmente, mala cara ante el hecho de que no le 'emplatasen' lo que había pedido.
Tal y como explican desde Business Insider, medio que se hizo eco de la noticia, comentan que "en España no es raro", aunque se refieren al hecho de servir directamente sin emplatar una lata de conservas. Una justificación que parece que Bokelmann no compartía del todo, pero que si echamos un vistazo a la carta de Bar Raval o a sus redes sociales, veremos que es relativamente frecuente.
Tan frecuente como ver en ella un concepto de "tuna belly", es decir, ventresca de atún a 25 euros, por lo que no habría que llamar a Sherlock Holmes o a Hercules Poirot para intentar hacer muchas más averiguaciones de dónde probó Bokelmann esta lata de atún con patatas fritas.
Sí es cierto que las patatas fritas no parecen de una calidad superlativa y que el emplatado, aunque sea poner patatas en un plato, tampoco ha parecido muy digno, pero no es menos cierto que es algo bastante habitual en los picoteos españoles.
Conservas Serrats - Ventresca de Atún Claro en Aceite de Oliva - Lata de 115g
Como tampoco nos parece especialmente lastimoso el hecho de pagar 25 dólares canadienses por este plato. Atendiendo al cambio antes citado, 17 euros no parece demasiado loco para tener en cuenta que una conserva de ventresca de bonito de calidad media-alta no suele bajar en un supermercado de los siete u ocho euros. Trasladado a la otra punta de América, metido en hostelería y convertido en un producto de importación, podríamos decir que se trata hasta de un precio lógico.
Imagen | Business Insider
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