Comer sardinas en lata es una tentación veraniega, pues se trata de un bocado sencillo y fácil de calzar en una rebanada de pan, que además presume de estar lleno de proteínas y vitaminas.
Ahora bien, como todo, depende de cómo lo consumamos: su origen, procesado, envasado y, especialmente la conservación de las sardinas, que son también un excelente bocado en fresco.
Ahora la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha analizado las mejores latas de sardina de supermercado, siendo las de marca blanca las que mejor cumplen la relación calidad-precio.
Su análisis se basa en 19 referencias y revela además significativas diferencias de precio y de calidad entre las latas de sardinas en aceite analizadas.
La diferencia más llamativa: su aspecto una vez se abre la lata: no es raro encontrar desgarros de la piel o piezas rotas; y tampoco faltan sardinas con retracciones musculares por exceso de cocción.
La falta de homogeneidad de las piezas y el exceso de sal (0,8 gramos/100 gramos) son otros factores que ha penalizado las valoraciones de algunas marcas.
No obstante, las pruebas del laboratorio confirman que el aceite empleado es siempre aceite de oliva, sin defectos aparentes.
Asimismo, se confirma la ausencia o mínima presencia de metales pesados, como el mercurio y el cadmio (este último apenas de detecta en niveles 10 veces inferiores a los límites marcados por la EFSA). En las pruebas tampoco se detecta histamina, un dato que asegura la frescura del producto previa a su procesado.
Buena degustación
Los resultados en degustación también son, en general, buenos. Más allá de los desgarros en la piel que se observan en algunas latas, el panel de expertos catadores comparte buenas valoraciones en el color, el olor, el aroma y el sabor, que es el que uno espera en las sardinas en aceite.
Otro aspecto valorado en el análisis es el precio, un factor determinante por las diferencias que se observan: el coste por kilo de producto varía entre los 8 y los 25 euros. Las latas más económicas son una vez más las de las marcas blancas, tres de la cuales destacan por su buena relación calidad-precio.
Las mejores son las Sardinas en aceite de oliva de Auchan (Alcampo). Su precio de 1,00 euro la lata de 120 gramos tiene una calificación global de 67 sobre 100. Esta obtiene buenas calificaciones en la mayoría de los apartados, aunque también se observan algunos desgarros en las piezas.
Le siguen las Sardinas en aceite de oliva de Hacendado (Mercadona). Con un precio de 1,90 € euros el pack de dos latas de 117 gramos, recibe una calificación global de 65 sobre 100. Tienen buena calidad general, si bien debería reducir el contenido de sal y ofrecer un etiquetado más completo.
Finalmente, las Sardinas en aceite de oliva de Nixe (Lidl) tienen un precio de 1,89 euros el pack de dos latas de 125 gramos con una calificación globalde 64 sobre 100. Tienen una excelente relación calidad-precio, dado que son las sardinas más baratas del estudio, pero debería reducirse la sal.
Falta de información
Aparte de la degustación, el estudio tiene también otra derivada: el análisis demuestra que una de cada tres latas de sardinas en aceite de oliva no facilita la información nutricional obligatoria. A menudo, esta recoge solo el peso escurrido de las sardinas, no el peso neto, obviando la información sobre el aceite añadido.
Este revela una falta grave de información en el etiquetado de siete de ellas: en contra de lo que establece la normativa europea sobre etiquetado, los datos que recoge la información nutricional solo se refieren al peso escurrido de las sardinas, no al peso neto, que debería incluir además el aceite añadido.
La omisión de los datos del aceite se traduce en un aporte de calorías y de grasas inferior al real, denuncia OCU.
Foto | Karen Laårk Boshoff, Alcampo, Mercadona y Lidl
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