Más de 700 días después, el BOE ha publicado los nuevos escenarios en los que será obligatorio o no llevar mascarillas en el ámbito público. Tras la publicación, no exenta de cierta polémica, son muchos los espacios públicos que verán desaparecer la obligatoriedad de este complemento.
Se mantiene, sin embargo, según explica el texto legal, para todas las personas mayores de seis años en los siguientes lugares: "centros sanitarios, centros sociosanitarios (fisioterapeutas, dentistas, residencias como visitante o farmacias, entre otros) y transporte público de viajeros (taxis, buses, metro, trenes, barcos y aviones)".
Quedan así fuera de la ecuación las estaciones, andenes, dársenas y aeropuertos, pero también supermercados, campos de fútbol, pabellones deportivos, plazas de toros, cines, teatros y cualquier otro espacio cultural.
También quedan fuera de la obligatoriedad los bares, cafeterías, restaurantes u hoteles, donde el cliente no tendrá ninguna obligación legal de portar la mascarilla, independientemente del tipo de consumo.
Barra, mesa o simple tránsito, el texto permite a los clientes hacer uso discrecional de la mascarilla, que quedará únicamente como optativa para aquellos que sí quisieran continuar con ella. En cualquier caso, dentro del BOE no se habla en ningún caso concreto de los espacios de hostelería.
Distinto es el caso de los centros laborales, donde será la empresa la que decida el mantenimiento de la mascarilla y que, en hostelería, quedará supeditado al propio empleador. En este caso, habrá negocios que apuesten por prescindir de ellas, tanto de cara al público como dentro de las instalaciones, pero en cualquier caso no estarán obligados por ley a portarlas.
Eso no exime al decreto de hacer una mención en torno a los riesgos laborales, especificando que, en materia de cierta prevención, se pueden determinar medidas preventivas que incluyeran el uso obligatorio de mascarillas en determinadas situaciones. Como decimos, esta toma de decisiones queda a la libre disposición de la empresa.
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