En la película Matrix, una humanidad sometida a la inteligencia artificial que ella misma ha creado languidece en enormes incubadoras en las que las personas sirven solo para producir energía. Ellos no lo saben: su cerebro está conectado a un mundo virtual, donde llevan una vida normal y corriente.
Se trata de una distopía de ciencia ficción que, sin embargo, hay quien se plantea ya llevar a las explotaciones ganaderas. ¿Dónde sino daría mejor resultado?
❝İşletmemizdeki ineklerden günlük ortalama 22 litre süt alıyoruz. Sanal gerçeklik gözlüğü taktığım 2 ineğin süt ortalaması 27 litreye kadar çıktı❞
🐮🐄 İneklere sanal gerçeklikle yeşil çayırları izleterek süt üretimini artırmayı hedefliyor https://t.co/YDI2lUmqBT pic.twitter.com/Zz5tPEVuHM
Un granjero turco, Izzet Zocak, se ha dado a conocer esta semana por experimentar con dos de sus vacas, a las que ha colocado unas gafas de realidad virtual que les muestra un soleado pasto mientras siguen, en realidad, dentro del establo.
Como ha informado el medio local Anadolu Ajansi, el experimento, que se está llevando a cabo en una granja de Aksaray (Turquía), está siendo de momento un éxito. Las dos vacas en las que se ha probado el sistema han pasado de producir 22 litros de leche diarios a 27 litros.
No es la primera vez
Aunque la noticia está de plena actualidad, ahora que no paramos de hablar del Metaverso, lo cierto es que Zocak no es el primero que intenta llevar al ganado a un mundo virtual. Ya lo hizo en 2019 la consejería de Agricultura de la región de Moscú, en Rusia.
Para el experimento, llevado a cabo en una de las granjas más grandes del entorno de Moscú, se construyeron unas gafas de realidad virtual especiales -el granjero turco usa unas convencionales, por lo que tiene que poner dos por vaca-, como las que vemos en la foto de apertura.
Los investigadores, además, crearon un entorno virtual especial para las vacas, sobre la base de numerosos estudios de la visión del ganado que muestran que las vacas tienen una mejor percepción de los tonos de la parte roja del espectro, pero captan peor los tonos verdes y azules más débiles.
Durante las primeras pruebas, los expertos registraron una disminución de la ansiedad y un aumento del estado emocional general del rebaño, pero aún se desconoce si ha ayudado a mejorar la producción de leche que era el objetivo último.
Imágenes | Consejería de Agricultura de la región de Moscú/iStock
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