Poco o nada se parece La Moraleja, una de las urbanizaciones más lujosas de España, con el Connecticut natal de Richard Gere. Sin embargo, el actor estadounidense ha decidido hacer las maletas junto a su mujer, la madrileña Alejandra Silva, para mudarse a la capital española, como ya contaron nuestros compañeros de Trendencias.
Lo han hecho tras seis años de matrimonio viviendo en Estados Unidos y ahora, de momento y como el propio Gere confesaba a la edición española de la revista Vanity Fair, "será maravilloso estar más cerca de la familia de Alejandra, de sus amigos de toda la vida y de su cultura".
Unas declaraciones de amor que quizás incluso habría firmado Edward Lewis, el millonario al que Gere encarnó en Pretty Woman, la película que le hizo mundialmente famoso, aunque antes hubiera trabajado en otros largometrajes que también le hicieron icónico como Oficial y caballero.
Lo que también es oficial es que la mudanza a Madrid va aparejada a una casa de 11 millones de euros en una de las zonas más nobles de la capital española y con un requisito, al parecer, indispensable para Gere: que tuviera su propia bodega. O, más bien, al menos una cava de vinos con la que dar rienda suelta a una de sus pasiones.
Enófilo confeso, el actor estadounidense ha hablado mucho y bien sobre su gusto por el vino, que se ha ido puliendo con los años y donde no han faltado declaraciones en prensa sobre sus gustos, relatando hace años en The Wall Street Journal que le gustan "los chardonnay con mucho roble".
No obstante, no es el perfil de vinos que en España abunden y, a la vista de sus testimonios comerciales, tampoco el que Gere quisiera comercializar, pues en 2012 lanzó su propio vino, en colaboración con la bodega toscana Tenuta San Filippo di Montalcino. El vino, un monovarietal tinto de brunello di Montalcino, se llamó Bedford Post y es, hasta la fecha, la única relación profesional de Gere con el mundo de la vitivinicultura.
Eso no quita que en la citada entrevista, como también recoge The Drink Business, de la que ya ha llovido –se publicó en 2011–, Gere asegurase que "no creo que necesites gastar más de 85 dólares para tener una buena botella". Si es bajo esos mimbres, Gere ha llegado a disfrutar del vino al país adecuado donde siempre hemos hecho batalla por la calidad-precio.
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