“Mueve el culo y recoge la mesa”: un cliente humilla a la camarera y el dueño lo echa del restaurante en Italia

Esa manida expresión que reza 'el cliente siempre tiene la razón' cada vez se pone más en entredicho ante la actitud de ciertos clientes sin educación alguna que se creen con derecho a tratar al servicio casi como esclavos. El último ejemplo nos llega desde Italia, cuando un impaciente comensal trató con tal desprecio a la camarera que el propietario tuvo que intervenir.

Ocurrió la semana pasada en el restaurante Casa del Popolo di Solaio, un club social situado en Pietrasanta, provincia de Lucca, una tarde de finales de verano en la que el local estaba lleno de clientes, unos visitantes de paso y otros habituales.

Todo parecía transcurrir con normalidad, más allá de la alta concurrencia de la velada, hasta que un hombre de unos 60 años alzó la voz hacia la camarera y, con malos modos, empezó a gritarle para que dejara lo que estaba haciendo y le atendiera. Según informan testigos a la prensa local, el sujeto lo hizo con una total falta de educación y respeto, lanzando exabruptos tales como “mueve el culo” y otras lindezas.

Aunque la mujer al principio respondió servicial intentando tomárselo a broma, la insistencia violenta del cliente, muy alterado por su impaciencia ante la supuesta lentitud al atenderle, terminó por romper a llorar, generando un pequeño alboroto entre los clientes de otras mesas que saltaron a defender a la trabajadora.

El incidente llamó la atención del propietario del restaurante, Matteo Giubilato, quien, tras informarse de lo que estaba ocurriendo, no dudó en 'invitar' al maleducado cliente y sus acompañantes a abandonar el local, sin darles tiempo a pagar la cuenta. “No me interesa vuestro dinero, marchaos”, apremió el gerente, entre los aplausos de los demás comensales que presenciaron toda la escena.

“Simplemente hice lo que hay que hacer”, afirma Giubilato, asegurando que no puede permitir esa actitud mandona y esa forma de dirigirse a sus trabajadores. Además, agradeció la reacción de los demás clientes que salieron en defensa de la camarera.

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