Puede que Soria, una ciudad con apenas 40.000 habitantes censados, no sea el centro del mundo. Sin embargo, es una buena muestra que ha permitido entender cuál es el problema actual de la hostelería y por qué faltan camareros.
No ya en Soria. Hablar con cualquier hostelero en España es volver a topar con el mismo problema una y otra vez: no hay camareros. Y no los hay por cuestiones muy evidentes que, ahora, un estudio ha puesto en negro sobre blanco.
De ello se ha encargado Asohtur, la asociación de hosteleros de Soria, que decidieron comprobar cuáles eran las razones por las que los camareros no están ni se les espera. En este caso, en cifras globales del conjunto de España, se estima que faltan unos 40.000 profesionales, tanto camareros como cocineros.
No se han evaporado. Tampoco eran extraterrestres. Ni tan siquiera hologramas, aunque a veces tratemos a los profesionales de la hostelería como algo parecido. Lo que ha sucedido, agravado tras la pandemia es, simple y llanamente, que han dejado la profesión. No hacía falta llamar a Sherlock Holmes para llegar a esa conclusión, pero sí, como ha demostrado el análisis de Asohtur, cuáles han sido las causas que han acabado propiciando esta realidad.
Tras ver los resultados que ha publicado la Agrupación Soriana de Hostelería y Turismo, colaborando para ello en el estudio con The Talent Point Group, la evidencia no parecía poco previsible.
Salarios bajos y malos horarios. Simple y llanamente. Sin embargo, el estudio no se ha quedado en lo que podría resultar evidente, sino que ha ido más allá. En este caso, el estudio demostraba que los sueldos de los camareros son los más bajos del mercado, solo ligeramente por encima del servicio doméstico.
Salarios y conciliación a la cola del mercado
Una realidad que, al mismo tiempo, se condensa con la otra problemática tradicional de la hostelería: los horarios. En este caso, el estudio ha constatado que el sector es el tercero con peor conciliación laboral, solo por detrás de la pesca y del transporte internacional.
Palabras mayores que, como también resulta evidente, acaba desmotivando a un trabajador que reniega de un sector donde la cualificación es escasa, el trabajo poco agradecido y los sueldos y el horario tampoco contribuyen. Por este motivo, diversos informes como este de CC.OO sostienen que se han perdido en España casi 40.000 empleos en hostelería desde 2019, siendo más de 32.000 los que suponían camareros.
El problema, como es evidente, va más allá. Ya no solo se trata de que falten camareros, sino de que no existe relevo en muchos negocios. Familiares o no, lo cierto es que atreverse a vivir detrás de una barra o entre unos fogones exige unos niveles de sacrificio que no salen a cuenta en muchos casos.
Las soluciones, aunque son teóricas, apuntan a todos los caminos. Más formación que repercutiese en mejores horarios y más dinero; mayores posibilidades de conciliación a través de una ordenación de horarios, además de una transformación cultural que mejore la imagen. Sin embargo, parece que no todo es cuestión de dinero.
Una ciudad como San Sebastián, con una hostelería boyante y con una agresiva campaña de contratación con salarios hasta un 30% más altos de lo marcado con el convenio, no consiguió cubrir las vacantes que necesitaba, tal y como explica Sorianoticias.com.
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