Es muy probable que en las últimas semanas hayas visto, leído u oído noticias sobre la gripe aviar. Tanto como para, por ejemplo, comprobar que ya ha habido un fallecido en Estados Unidos por este nuevo brote, convirtiéndose en la primera víctima en Occidente del virus H5N1. Esta primera víctima, no obstante, es la única en los apenas 67 casos detectados en Estados Unidos en los últimos tres años y, además, se da la circunstancia de que era trabajador en una granja de pollos.
Más allá del ruido mediático que el fallecimiento pudo provocar, hay otro runrún en redes sociales y medios que apunta a teorías en las que, incluso, se puede llegar a hablar de escasez de huevos en el mercado –de momento, en Estados Unidos–, así como el incremento del precio.
Imágenes popularizadas en redes sociales no ayudan a este efecto, que se ha debido a causas puntuales, más que a una realidad de desabastecimiento. Como han desmentido medios estadounidenses del calado de Washington Post, The Wall Street Journal o The New York Times, así como Usa Today.
Lo que está sucediendo en Estados Unidos, como advierten, es la generación de una tormenta perfecta que explicaría por qué ha habido momentos puntuales de desabastecimiento de huevos, o la limitación en su compra, en los últimos dos meses.
Evidentemente, la gripe aviar influye. A seis de enero de 2025, más de 130 millones de aves se han visto afectadas por el virus en Estados Unidos. No es una cifra pequeña, desde luego, pero se debe poner en contexto. En Estados Unidos se estima que existen alrededor de 380 millones de gallinas ponedoras, distribuidas en cerca de 170.000 explotaciones avícolas. Además, las 130 millones de aves afectadas no pertenecen exclusivamente a las gallinas ponedoras, sino que también hay contagios en pollos de carne, así como otros animales.
No obstante, eso no quita que pueda ser una razón del aumento del precio. Sin embargo, no es la única. Son varios los estados en los que se están produciendo cambios en la regulación de la producción de huevos, prohibiéndose la comercialización de huevos de gallinas enjauladas. Algo que, por ejemplo, sucede en California y que justificaría tanto el aumento del precio –por una menor oferta, respecto a la demanda, creciente– como por la propia gripe aviar.
No es, además, la única razón. La inflación también justifica que, en algunos casos, se haya llegado a pagar a 4,25 dólares la docena de huevos. El aumento de los precios de los combustibles, así como de los costes laborales, y de la alimentación de los animales ha acabado repercutiendo en este incremento que también explica el precio desorbitado.
Pero, aún hay más. La fórmula abierta por la Navidad, donde el incremento en el consumo –general, pero también de huevos, en el caso concreto– favorece que el abastecimiento se viera resentido. Una realidad a cuatro velocidades que explicaría por qué haber visto carteles de 'Egg shortage' en algunos supermercados haya podido ser realidad en los meses de noviembre y diciembre.
Sin embargo, ¿qué pasa en Europa? En este caso, las autoridades sanitarias advierten de que las migraciones de aves silvestres en el continente incrementan los contagios de gripe aviar, aunque de las 20 infecciones registradas en España, ninguna ha sido en corrales.
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