La gastronomía italiana nos ofrece con su producto estrella, la pasta, un amplio mundo lleno de variedades diferentes con opciones para todos los gustos. Esa versatilidad que caracteriza a la pasta se ve multiplicada a la hora de elegir el tipo de salsa con la que acompañarla, pues se nos abre todo mundo de posibilidades de sabores, texturas y aromas diferentes.
Podemos combinar nuestro plato de pasta con nuestros ingredientes favoritos, pero lo cierto es que ciertas salsas se emparejan mejor con determinados tipos de pasta. Por eso conviene conocer cuáles son las diferencias que las caracterizan para saber cómo podemos acompañar correctamente cada variedad y así disfrutarlas al máximo.
Pasta corta
El grupo de la llamada pasta corta aglutina un conjunto muy amplio de formas y texturas variadas, algunas lisas y otras formando aberturas. En general, la pasta corta combina mejor con salsas gruesas de texturas espesas como las salsas Bolognese o Ricotta que puedan impregnarse en los huecos y pliegues. También son adecuadas las salsas cuyos ingredientes presenten un tamaño similar al de la propia pasta, que puedan ser cogidos fácilmente con el tenedor.
Podemos considerar como un subgrupo dentro de la pasta corta a las variedades tubulares o con cavidades internas, desde los populares Macarrones y Penne, con el característico corte de pluma, hasta los rectos Tortiglioni o los pequeños Pipe Rigate. Al tener doble abertura, estas variedades atrapan la salsa en su interior, fundiendo sus sabores con la delicada textura de la pasta. Resultan especialmente recomendables los condimentos a base de queso y verduras, con salsas cremosas.
Además tenemos otras especialidades, como por ejemplo los populares Farfalle. Estas delicadas mariposas o lazos ofrecen un juego doble de texturas gracias al contraste entre la parte central y los extremos, siendo así una pasta perfecta para salsas ligeras como las salsas Basilico o Napoletana, y combinaciones de verduras frescas, por ejemplo el Pesto Rosso Barilla. Por su parte, la peculiar forma helicoidal de los Fusilli permiten acompañarlos tanto de salsas contundentes como de aderezos más livianos.
Pasta larga
Distinguimos diferentes formatos de pasta larga según el perfil, grosor y tamaño de cada variedad. A grandes rasgos, podemos señalar que la pasta más fina se realza con salsas homogéneas que se adhieran bien, como el Pesto alla Genovese Barilla, mientras que las más anchas combinan mejor con preparaciones cremosas y espesas. También es conveniente que los ingredientes sean de pequeño tamaño para que sea la pasta la que capture su sabor.
Los Spaghetti son quizá una de las variedades más conocidas. Gracias a su diámetro intermedio son una de las pastas más versátiles, pues se adaptan a prácticamente cualquier receta, siendo más recomendables las salsas ligeras y frescas, como el Pesto alla Siciliana Barilla. Los Spaghettoni son algo más gruesos, por lo que resultan ideales para realzar el sabor de salsas suaves, como las de pescado, o para contrastar con aromas picantes. Mención aparte merecen los Bucatini, más gruesos y con un agujero perfecto para salsas más densas, como la Arrabbiata.
Dentro de la pasta larga encontramos las formas de cinta, de perfil plano y más ancho, como los Tagliatelle. La textura porosa de esta pasta es muy adecuada para combinar con salsas de sabores fuertes y texturas notables al paladar, como la Salsa Bolognese Barilla. Los Mafaldine Napoletane son otra variante algo más refinada, cuyo borde rizado es ideal para acentuar salsas aromáticas, como en la receta de Mafaldine con salchicha, berenjenas y cebolla roja de Tropea caramelizada.
Pasta para rellenar y hornear
Las recetas de pasta rellena y horneada resultan toda una delicia irresistible. Otro de los platos italianos más universalmente conocidos es la Lasagne, que obtiene el nombre de la misma pasta con la que se elabora. La Lasagne all'Uovo, y su variante con Spinaci, es una pasta de finas láminas rectangulares que se combinan y superponen en capas. Al hornearse consiguen retener y acentuar el sabor de una buena salsa consistente como la Bolognese Barilla. Si se corona con una buena salsa bechamel y queso rallado, la Lasagne a la boloñesa es un plato de lujo.
Por finalizar, podemos preparar un plato pasta al horno cuya propia forma se preste a rellenarla, como los Cannelloni. Su forma cilíndrica hueca y su gran tamaño hace que sean idóneos para introducir cualquier relleno sin dificultad. Como atractivo contraste de sabores y colores podemos disponer una cama de nuestra salsa Barilla favorita y gratinar con ella y un toque de queso nuestros irresistibles Cannelloni.
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