Desde que probé esta receta en el restaurante Atrapallada, me quedé con ganas de prepararlas en casa y de paso, enseñaros a hacerlas. Se trata de las torrijas de horchata, una receta dulce para sorprender por su peculiar sabor y por su sencillez. Estas son torrijas que se elaboran sin freír ni pasar por huevo, por lo que se hacen muy rápidamente. Están tan ricas que podrían estar perfectamente en nuestra selección de las mejores recetas de torrijas en Directo al Paladar.
Aunque las torrijas tradicionales se hacen remojando el pan con leche -o con vino- el líquido de remojo se puede sustituir por otros "lácteos" similares como cuando hicimos las torrijas de Baileys o con otras que me encantan, las torrijas de leche de coco. Lo mejor es que las torrijas de horchata pueden ser aptas para intolerantes a la lactosa, que también podrán así disfrutar de este tradicional dulce de Cuaresma y Semana Santa.
Podéis hacer estas torrijas con pan de brioche. Si no lo encontráis con facilidad, podéis hacer como yo y usar pan del día anterior. La primera tarea es cortar las torrijas. En esta ocasión he cortado un cuadrado de 6x6 cm y 2 cm de alto, recortando los sobrantes con un cuchillo de sierra.
Para hacer el líquido en el que vamos a sumergir las torrijas para reblandecer el pan, mezclamos 500 ml de horchata de chufas con 4 cucharadas soperas de leche condensada y lo llevamos a ebullición para que se mezclen bien. Añadimos un palo de canela y dejamos infusionar durante diez minutos. Cuando el líquido esté templado, metemos las torrijas y las dejamos remojar unos 15 minutos, dándoles la vuelta para que se empapen bien.
Sacamos las torrijas del remojo, las cubrimos con una o dos cucharaditas de azúcar y quemamos la superficie para hacer una costra de caramelo como en la receta de crema catalana. También lo podéis realizar utilizando un soplete de cocina para caramelizar la torrija, ya que esta variedad como os dije antes, ni se fríe ni lleva huevo.
Servimos las torrijas aún templadas sobre una capa de horchata (sin leche condensada), que contrastará con el sabor más dulce de la horchata mezclada con leche condensada en la que las habíamos sumergido para acompañar cada bocado con un poco de ese líquido.
Con qué acompañar las torrijas de horchata
Las torrijas de horchata se pueden tomar tanto a la hora de la merienda, para desayunar o en cualquier momento. Para degustarlas, sirve cada torrija en un plato hondo poniendo horchata limpia en la base y decora con un palito de canela y unas virutas de ralladura de naranja. ¡A disfrutar!
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