Italia comparte con las demás culturas mediterráneas la pasión por una sabrosa comida, pero además allí también saben apreciar una buena copa de vino. El Chianti es uno de los caldos italianos más populares en todo el mundo y a su vez da nombre a una región de excepcional belleza. Te invitamos a descubrir con nosotros las bondades del Chianti a través de sus paisajes.
El Valle del Chianti es una zona situada en plena Toscana, entre las colinas de Florencia, Siena, Arezzo y Pisa. Esta tierra de viñedos esconde una sucesión de paisajes de gran riqueza natural y están salpicados de castillos, palacios, románticas villas y pueblos encantadores llenos de historia. Es sin duda un destino ideal para sumergirse en la cultura italiana mientras se disfruta de uno de los vinos más apreciados del mundo.
Chianti, un vino de prestigio internacional
El vino de Chianti es uno de los caldos más conocidos y apreciados fuera de sus fronteras. La producción vinícola de la Toscana se remonta hasta la época de los antiguos romanos, quienes ya descubrieron las posibilidades que brindaban el terreno y el clima. Fue el Barón Ricasoli en el siglo XIX el que consiguió dar con la fórmula perfecta en cuanto a la composición de la uva, combinando las variedades San Giovese, Canaiolo y Marvasia de Chianti.
Actualmente existen distintos tipos de Chianti, desde los más suaves como el Classico o el Colli Aretini, hasta vinos de mayor complejidad como el Rufina o el Superiore. Son vinos que poseen Denominación de Origen Controlada y Garantizada (DOCG) y ofrecen diferentes variaciones cualitativas según los métodos de elaboración y el territorio.
Una buena copa de Chianti destaca por su color rojo rubí brillante con unas notas olfativas muy permufadas, ligeramente florales. Son vinos de sabores armónicos, afrutados y con matices dulces que se vuelven más suaves cuanto mayor es el envejecimiento. Son tintos que acompañan estupendamente una buena comida toscana, siendo los más jóvenes ideales para platos de pasta mientras que los Reserva maridan muy bien con carnes rojas y quesos fuertes.
Un paisaje de gran belleza
Recorrer los valles del Chianti es descubrir el mismo corazón de la Toscana. Su clima suave invita a visitar estas regiones en cualquier momento del año, y descubrir así los diferentes colores que ofrece el paisaje a lo largo de las distintas estaciones. Colinas, bosques, praderas y viñedos se suceden alrededor de pueblos llenos de historia.
Son muy características las imágenes de sus colinas doradas, formando onduladas olas de cereales que brillan bajo el cálido sol toscano. Los campos de viñedos son otra de sus estampas más reconocibles, salpicados de construcciones de piedra centenarias y bodegas donde se mezcla la tradición con las técnicas más modernas. Merece la pena acercarse a una de estas bodegas para conocer de primera mano los secretos del vino de Chianti.
Pueblos llenos de encanto
Más allá de las visitas obligadas a ciudades como Florencia o Siena, el valle de Chianti invita a recorrer sus sinuosos caminos y visitar todos los pequeños pueblos que el visitante se va encontrando a su paso. Cada uno posee un encanto particular, pero todos comparten el dominio de la característica piedra local sobre la que se erigen sus construcciones.
Estos pueblos están cargados de historia y casi todos conservan un pasado medieval que todavía hoy es visible en su trazado urbano. Por ejemplo, destaca la plaza triangular de Greve en Chianti, rodeada de logias y edificios medievales, o la pintoresca localidad de Volpaia, que vive para la producción de vinos.
Entre pueblo y pueblo se descubren restos de murallas, castillos como el de San Leonino y Fonterutoli, y también muchas iglesias con siglos de antigüedad. En la mayoría de estas localidades se celebran muchos actos y festividades en torno a la cultura del vino, especialmente en época de vendimia, como la exposición anual de Montespertoli o la exhibición de las antiguas técnicas de aplastar la uva que se lleva a cabo en Poggibonsi.
El valle de Chianti es, en definitiva, una de las regiones más bellas de Italia que merece la pena descubrir en primer persona. A unos paisajes idílicos y pueblos encantadores se suma la fantástica gastronomía toscana, con el protagonismo de la pasta y los productos de la tierra. Y todo ello marinado con una buena copa de vino de Chianti, todo un placer imprescindible.
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