Siempre es divertido oír frases como "tan fácil como freír un huevo" o "tan sencillo como cocinar pasta", pero la realidad es que ambas elaboraciones son más complejas de lo que parecen a pesar de su aparente simplicidad.
En el caso de cocinar pasta, además, la cosa cambia. Ya no sólo hablamos del tipo de pasta, de su tamaño o de cómo nos guste, sino también de cómo adecuarla para que sea sabrosa, se adhiera bien la salsa a ella y, entre medias, que tenga una textura agradable, como mandan los cánones de las recetas italianas.
A líos con la batalla del al dente que pregonan los italianos y la pasta blanda y recocida que en España comemos desde siempre, los conatos de incendio de cocinar pasta se multiplican en cada casa. A veces queda chiclosa, otras veces la escurrimos y nos cargamos su encanto.
En otras, quitamos el agua de cocción, que nos puede venir muy bien para ligar la salsa y en otras, también a menudo, agregamos aceite de oliva a la cazuela para que la pasta quede suelta.
La mayoría de estas claves lo que hacen es arruinar nuestra pasta. Por fortuna, hay una regla, casi matemática, que hemos bautizado como la regla 1-10-100 que nos permitirá cocinar pasta mejor que nunca y sin apenas complicaciones.
Siguiendo este sencillo estándar, cocinar pasta hará que ni encharquemos la cocina, ni se nos pase de punto y que tampoco nos quede sosa. Para ello, recordemos esta pauta nemotécnica del 1-10-100.
El 1 obedece a un litro de agua, el 10 son los gramos de sal que debemos echar por cada litro de agua y el 100 representa la cantidad de pasta en gramos por persona, siempre que hablemos de pasta seca y que estemos refiriéndonos a nuestra receta de pasta como plato único.
En caso de que hablemos de la pasta como guarnición, deberíamos bajar el ratio a 60 gramos por persona, mientras que si es pasta fresca no deberíamos excedernos de los 100 gramos.
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Aparte, para regatear a esa pasta blanda y chiclosa recomendamos que se reste un minuto a la cocción de lo que el fabricante aconseja pasta la pasta bien cocida. No obstante, si indican cuál es su recomendación al dente, mejor hacerles caso.
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